El dolor
Ramallah, Palestina.- Si en toda foto hay algo de intrusión -quizá culposa- en la existencia del otro, en esta la hay aún más.
Esa mujer de la que no sabemos nada seguramente tampoco quiera que lo sepamos. Está literalmente de espaldas al mundo, plegada sobre un dolor demasiado viejo, demasiado continuo. Demasiado sin nombre. Los detalles conocidos son más o menos los de siempre: Cisjordania, palestinos muertos en enfrentamientos con tropas israelíes, familiares desolados. Solo ella sabe a quién de todos está llorando. Mientras se recluye en un desangelado rincón de un hospital en Ramallah, es la única dueña de la ausencia que acaba de comenzar, del duelo que va más allá de sus ropas oscuras. Recién comienza a atravesarla el desconcierto frente a un mundo que seguirá su marcha sin saber que a ella la vida se le partió en dos.