Cómo entender el encuentro entre Cristina y Obama
La historia de la relación bilateral entre Argentina y los EEUU no ha sido fácil. Se evidencia a partir del desafío de la Generación Del Ochenta en las útimas décadas del siglo XIX a la hegemonía continental de Washington, pasando por el conflicto entre Braden y Perón, al promediar los años cuarenta o el rechazo al embargo cerealero contra la URSS durante el último gobierno militar.
En este marco, la relación bilateral tampoco ha resultado sencilla durante el kirchnerismo.
Cinco años atrás, en la Cumbre de Presidentes de las Américas de Mar del Plata, tuvo lugar el peor momento en la relación bilateral durante la Presidencia de Néstor Kirchner. En la semana inicial del primer mandato de Cristina, el caso Antonini Wilson marcó otra situación de fricción y en el último año, el conflicto generado por el secuestro en Buenos Aires de elementos de comunicaciones de un avión militar estadounidense por parte de Argentina y el voto negativo por parte de EEUU a créditos para el país en organismos financieros internacionales, quizás fueron las dos caras del peor momento en la relación bilateral del gobierno de la Presidente recientemente reelecta.
Pero el análisis de los 43 Tratados Bilaterales firmados en los últimos diez años muestra que, más allá de las tensiones y conflictos, hay líneas de trabajo permanentes que se han mantenido.
Quizás la más importante sea la cooperación en el campo científico y tecnológico, concretamente la que tiene lugar con la NASA para el lanzamiento del satélite argentino, que se gestó en los EEUU a mediados de este año, casi al mismo tiempo que se suspendía la recepción del 4 de julio por parte de la Embajada de Washington en Buenos Aires, en un gesto simbólico respecto al enfriamiento de la relación bilateral.
En los últimos meses fracasaron en dos oportunidades las gestiones para un encuentro Cristina-Obama que la reencauzara. Uno fue cuando la visita de la Presidente a Roma y el otro con motivo de la Asamblea de la UN en New York. En ambos casos, las gestiones se vieron frustradas más por EEUU que por Argentina.
Sobre este escenario los bonistas, que continúan litigando en la justicia estadounidense contra la Argentina, aprovecharon para aumentar su influencia en el Congreso.
Ahora es la Administración Obama la que toma la iniciativa, aprovechando la Cumbre del G20 para concretar el encuentro.
Dos parecen haber sido las circunstancias que han generado el cambio de actitud en Washington. La primera es que hace tres meses finalmente Argentina devolvió los elementos de comunicaciones incautados al avión militar estadounidense en Buenos Aires. La segunda es la contundente reelección de Cristina Kirchner con el 54% de los votos para otro mandato de cuatro años.
Posiblemente, el pragmatismo de Hillary Clinton haya jugado un rol para asumir una actitud realista respecto al gobierno argentino.
Pero cabe destacar que el anuncio sobre el encuentro presidencial se dió al mismo tiempo que el Director de la NASA visitaba la capital argentina y se entrevistaba con la Presidente, ratificando la decisión de seguir avanzando en el área de cooperación más relevante, que ha sobrevivido a los avatares de una relación que no ha sido fácil.
El encuentro que tuvo lugar en Francia es una oportunidad concreta de reencauzar un vinculo bilateral complicado. Como una señal, el Poder Ejecutivo en Argentina envió al Congreso el pedido de autorización para realizar ejercicios con fuerzas militares de los EE.UU. Seguramente el gobierno argentino esperará tras el encuentro algo similar respecto a los créditos y el voto para autorizarlos en organismos financieros internacionales.
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