Diálogos globalizados. El euro se acerca
Por David Home
David! sono io, il Tano Grandinetti. Ti chiamo desde Milano.
-¡Tano! Qué bueno oírte. ¿En qué te puedo ayudar?
-Vi que la Bolsa volvió a caer el viernes. ¿Qué está pasando? Porque a estos precios no sé si no está para comprar.
-No pasa nada concreto. Aunque siempre se pueden repetir, y se repetirán seguramente, los sustos que nos da Brasil. Aparte de eso, las noticias no son demasiado buenas, finalmente el ministro de Economía reconoció que el crecimiento de 1999 no sería más que del 3 por ciento.
-¿Il 3 por ciento? ¡Ma il 3 porciento c´e una benisima tasa de svilupo! Para l´Italia se pronostica el 2,1 por ciento l´anno prossimo y para la Francia il 2,3 por ciento.
-Pero lo que ocurre es que el presupuesto se calculó sobre la base de un crecimiento del 4,8 por ciento y ahora, achicarlo al 3 por ciento, es decir, con menor recaudación, no va a ser fácil. Pero en cuanto a la Bolsa, lo que pasa en la Argentina es que estamos en deflación. En noviembre los precios al consumidor cayeron 0,8 por ciento, en los 12 meses crecieron 0,8 por ciento. Los precios mayoristas cayeron el 5,8 por ciento en 12 meses, una caída considerable. Y con precios en baja y exportaciones mediocres las perspectivas de ganancias de las empresas no son las mejores. De allí que los bears se han apoderado del mercado sin perspectivas de que lo suelten por ahora. Además, Tano, hay preocupación por el avance de los proyectos populistas. Si bien Menem ha podido bloquear algunos mediante vetos a las leyes que los sancionaban, no se sabe si De la Rúa, Duhalde o quien lo suceda va a tener un carácter tan firme. Sin olvidar que el mismo Menem sostuvo la horrible ley laboral que es un incentivo a la desocupación.
-Bueno, amenazas de ese tipo existen en todas partes. En Italia se sancionó la jornada laboral de 35 horas, dijo el Tano.
-Decime, Tano, ¿y cómo van los preparativos para el euro?
-Ahora todas las empresas se están preparando para la primera fase: adaptar los sistemas de contabilidad para emitir facturas en euros y pagar a los proveedores de la misma forma. Esto va a significar una pérdida importante para los bancos por la desaparición de las comisiones sobre los cambios de moneda, que no los habrá más. Se calcula que su costo es igual al 0,5 por ciento del PBI, una enormidad. La desaparición de este costo va a impulsar aún más el comercio intraeuropeo. Después vendrán las comparaciones de costos intercompañías, como los costos salariales. Todo va a ser más transparente ahora. Y las empresas que descubran que operan con altos costos se esforzarán por reducirlos. Lo mismo ocurrirá con los impuestos, que los gobiernos y los parlamentos deberán adaptarlos. Las enormes diferencias de precios mayoristas existentes ahora, deberán reducirse. Son del 30 por ciento promedio, pero llegan al 200 por ciento, escondidas detrás de las diferencias de cambio. Eso se termina ahora.
-Pero los billetes con euros recién comenzarán a circular en el 2002, por lo que será necesario hacer cálculos sobre la equivalencia de monedas y sus tipos de cambio, observé.
-Sí, pero eso lo hace el comerciante con una calculadora y sin intervención bancaria ni pago de comisiones. Más tarde vendrán los impuestos y sus pagos calculados en euros, los pagos de salarios y mil cosas más. Hay otra cosa, protegerse de la competencia. Hay muchas compañías que están haciendo coincidir la introducción del euro con enormes rebajas de precios. Por ejemplo, Tabacalera de España piensa colocar sus cigarrillos a precios de la mitad de los Marlboro, según leo en Business Week. Los subsidios cruzados: vender a alto precio en Suiza y a bajo precio en Suecia no van a poder subsistir, pues los precios van a tender a igualarse en toda la Europa de los once. En fin, pero de la confusión saldrá la luz, concluyó el Tano filosóficamente.
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