El futuro de la agroindustria empieza en Chaco
La recuperación económica del país tiene en la provincia del Chaco el símbolo principal, que es una agroindustria pujante con una potencialidad extraordinaria que se afirma con el tiempo.
En efecto, entre 1980 y 2005, el campo chaqueño sembraba, en promedio, unas 808.000 hectáreas y alcanzaba 1,4 millones de toneladas de producción de diversos cultivos, con preeminencia del algodón y luego de la soja.
Pero, desde 2005, la superficie sembrada viene creciendo hasta llegar a las actuales 1,8 millones de hectáreas y a una producción de 4,5 millones de toneladas de 11 cultivos diferentes. El salto de producción y productividad implicó un crecimiento de 2,2 veces en superficie sembrada y más de 3 veces en producción. Y, es más, según un estudio del INTA, nuestra provincia tiene potencial para llegar a 3 millones de hectáreas sembradas para el año 2030. Esto gracias a una diversificada matriz agropecuaria, conformada por once cultivos agrícolas (algodón, soja, maíz, sorgo, trigo, girasol, cártamo, tártago, garbanzo, arroz y centeno) y a una red que se extiende desde el domo agrícola central hasta el sudoeste de la provincia como núcleo dorsal de producción agropecuaria integrada. Chaco está llamado a ser el símbolo de nuestra agroindustria y el ícono de nuestra recuperación económica.
Al mismo tiempo, Chaco posee las características esenciales para desarrollar las cadenas cárnicas bovina, porcina, caprina, ovina y avícola; que, junto a la producción ictícola intensiva derivada de la producción integrada de pacú arrocero con sustentabilidad ambiental, constituyen, conjuntamente, un modelo productivo de avanzada con 800 toneladas anuales.
Chaco también está comprometida con la producción de energía sostenible. Tenemos una bioeconomía en expansión con producción incipiente de 16,6 MW en biomasa, crecientes inversiones en energía solar y desarrollos en diferentes escalas para biodiésel. Posee un mercado de capitales que se ha desarrollado exponencialmente desde 2008. La creación de la Bolsa de Comercio, que hoy lidera las transacciones en el norte argentino con 2000 cuentas comitentes y 30.000 millones de pesos, es una perspectiva sólida de integración de los actores económicos para vehiculizar el ahorro en inversión productiva.
La arquitectura financiera de emprendimientos productivos está encuadrada en un Nuevo Banco del Chaco solvente y líquido, un grupo financiero integrado con sociedad de bolsa, gerente y compañía fiduciaria con el objeto de acceder a distintas modalidades de financiamiento.
Producir cereales y oleaginosos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y carnes, extracto de quebracho y muebles, software y energía, turismo y cultura, bienes y servicios con un modelo abierto para el comercio electrónico de bienes y servicios y un gobierno electrónico que propugna una agenda digital integral a partir del año 2021 constituyen factores esenciales para el desarrollo de la agroindustria.
La asociación estratégica entre la economía productiva y del conocimiento consiste en la construcción de un modelo agroindustrial integrando las cadenas de valor con la incorporación de tecnologías competitivas y capacitación de los recursos humanos para dotar a los factores productivos integrados de un salto de productividad.
Nuestros objetivos son seguir diversificando la matriz productiva, integrar las cadenas de valor con el objeto de llegar a 3 millones de hectáreas, 100.000 empleos de calidad integrando la economía del conocimiento con 1500 millones de dólares de exportaciones.
La clave del éxito es abrir nuestra provincia a inversiones asociando estratégicamente nuestros empresarios chaqueños e integrándolos al país y al mundo con una fuerte promoción industrial y estímulos a la producción agrícola y ganadera. Invertir en Chaco implica acceder a una infraestructura consolidada de rutas, energía eléctrica, gas en parques industriales, fibra óptica, agua potable y redes cloacales en expansión. También implica acceder a tarifas energéticas diferenciales, reintegro del 30% de inversiones en bienes de capital, subsidio a las contribuciones patronales, exención del impuesto a los ingresos brutos y de sellos por 10 años, accesos alternativos a 1000 hectáreas de parques industriales en distintas localidades de la provincia. Invertir en Chaco es saber que los recursos humanos pueden formarse a través de tres universidades nacionales y de un sistema de educación superior no universitaria que privilegia la formación técnica y profesional para la inserción laboral competitiva.
En su reciente presentación ante el Consejo de las Américas, el presidente de la Nación ha sido muy claro: debemos potenciar al sector agroindustrial argentino en su rol de generador de divisas y empleo genuino. En ese marco, el Consejo Agroindustrial Argentino, actor indispensable para pensar la agroindustria de la pospandemia, desempeña un rol fundamental y con el que queremos cooperar y trabajar conjuntamente. Por tal motivo, hemos planteado con firmeza la creación y promoción del Consejo de la Agroindustria de Chaco, para acompañar esta decisión y este desafío que tiene la Argentina de la pospandemia.
Queremos que Chaco sea la capital de la agroindustria argentina. Que desde el norte de nuestro país podamos hacer y cocrear una agroindustria que nuestros abuelos, forjadores de esta tierra, ni siquiera pudieron imaginar. Chaco quiere y tiene la oportunidad de ser el puntapié de la recuperación económica. La pospandemia nos puede llevar, como país y como comunidad, a reproducir viejos vicios del modelo de desarrollo nacional, o puede ser la oportunidad para repensar qué país, qué comunidad y qué provincias queremos y, fundamentalmente, podemos ser. El futuro de la agroindustria argentina empieza por Chaco, símbolo de la Argentina que mira hacia el futuro y que quiere, definitivamente, entrar en el siglo XXI y dar vuelta de página.
Gobernador de Chaco