El kirchnernismo también es un subproducto de la soja
Hoy su semilla y los productos realizados a partir de ella son la principal fuente de divisas para la Argentina. Pero a finales de la década del 70 la soja era una rareza en la Argentina. Recuerdo haber visto algunos plantines en un laboratorio de la Facultad de Ciencias Agrarias de Mendoza, donde además contaban que con su semilla, que aportaba más proteínas que el maíz, se podían hacer sucedáneos de la leche y los lácteos vacunos. Pero era eso: Una rareza experimental.
En 2011, en cambio, sólo entre semillas, aceites y productos oleaginosos aportó uno de cada cuatro dólares de exportaciones para el país. Y falta contar el biodiesel, por ejemplo. ¿Cuánto valdría el dólar "blue" si no estuviera ese aporte?
Sin la soja es inimaginable el éxito político del kirchnerismo. El Gobierno difícilmente quiera eliminar el cultivo con glifosato y siembra directa, como creen algunos de sus seguidores. La pelea con los campesinos y sus asociaciones es "por la caja de la soja", no por si se cultiva o no.
¿Cuánto valdría el dólar "blue" si no estuviera ese aporte?
El auge espectacular del cultivo llegó en la década del 90, con las variedades modificadas genéticamente y la siembra directa. Y la política de retenciones para desarrollar la industria del aceite. Por primera vez en la historia moderna la Argentina pudo exportar grandes cantidades de un bien que prácticamente no consume. Hasta el auge sojero la Argentina exportaba lo que comía: trigo, carne, maíz. Cada vez que había una crisis, la solución devaluatoria era más o menos útil. Generaba más divisas, pero encarecía brutalmente la comida. Entonces aparecían las retenciones. Para que el Estado se apropiara de parte de la renta exportadora y también para contener la suba de los precios locales.
Sin soja Guillermo Moreno no podría haber destruido como lo hizo el mercado de exportación de trigo, carnes, leche y lácteos para subsidiar el consumo interno, porque habría necesitado las divisas.
Sin soja la Argentina habría encontrado bastante más difícil la salida de la crisis de 2001 y 2002.
Tampoco tendría el polo aceitero más grande del planeta en la provincia de Santa Fe. Se suele recordar que por la actual tecnología el cultivo requiere de muy poca mano de obra, pero suele olvidarse que la industria aceitera es eso, una industria. Y según el Indec los aceites, juntos con los subproductos oleaginosos, produce la mayor parte de los dólares de ventas al exterior que el complejo le aporta a la Argentina: el 18%, contra sólo 7% de la semilla. En 1995 la participación de esos dos productos fue la mitad: Aportaron apenas el 9% de los ingresos por ventas al exterior.
En 1995, por ejemplo, uno de cada cuatro dólares de ventas externas provenían por envíos de petróleo crudo. Pero hoy semejante aporte es imposible, porque el kirchnerismo y sus fallidas políticas energéticas hicieron que el país perdiera el autoabastecimiento.
Es difícil imaginar el superávit comercial desde 2001 en adelante sin el "yuyo", como llamó al cultivo la Presidenta. Lo que quiere decir que sin esas divisas el dólar ya costaría mucho más, no se podrían importar las colosales cantidades de gas, fuel oil, gas oil para mantener congeladas las tarifas públicas. O los servicios de gas, electricidad, colectivos valdrían muchísimo más o el nivel de actividad sería bastante menor.
En 1995, por ejemplo, uno de cada cuatro dólares de ventas externas provenían por envíos de petróleo crudo. Pero hoy semejante aporte es imposible, porque el kirchnerismo y sus fallidas políticas energéticas hicieron que el país perdiera el autoabastecimiento.
Sin soja también el déficit fiscal habría aparecido muchísimo antes y la solución habría sido o conseguir financiamiento o volver a tomar préstamos externos o emitir mucho más y generar más inflación o sacarles todavía más dinero a los jubilados. En lugar de postergar todo lo posible la sentencias favorables a los jubilados, directamente habría tenido que dejar de pagar los juicios. En lugar de mezquinar la movilidad para ajustarla por debajo de lo que es legal, directamente habría que haberla congelado. Son todas cosas que pasaron cuando no estaba el "yuyo" que la Presidenta parece despreciar y tampoco estaba el autoabastecimiento energético, que el kirchnerismo logró hacer desaparecer.
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