El peronismo, ¿eje del recambio?
Un fantasma recorre y condiciona todas las estrategias opositoras: el peronismo, que en su ubicuidad tradicional hoy es tanto parte de la oposición como del oficialismo, y el único espacio del que hasta ahora parece poder surgir un sucesor para el kirchnerismo, según coinciden los analistas.
"El peronismo tiene hoy, como ha sucedido en las últimas décadas, mejores opciones de recambio que la oposición. La clase política agrupada en ella está en general muy desgastada, ya cumplió su ciclo salvo alguna excepción y carece de liderazgos convocantes", diagnosticó D'Adamo.
Se disimule con alianzas, se esconda detrás de una gestión o se proclame, la identidad peronista tiene otro valor que paga en las urnas: la percepción de que sólo el PJ "puede gobernar". "Es cierto que se profundizaron últimamente los rasgos de desequilibrio a favor del peronismo, aunque un sector importante de la sociedad prefiere otras ofertas. Hemos tenido 20 años de gobiernos peronistas que no han sido muy eficientes", dice Marcos Novaro, y hace una salvedad, que podría abrir una oportunidad de crecimiento de la oposición en las elecciones del año que viene. "Se vota distinto en elecciones para el Poder Ejecutivo, cuando la gente puede elegir al peronista que percibe ?menos malo' y para el Legislativo, cuando se abren otras alternativas", afirma.
Nota para la oposición: "La percepción de esa capacidad de gobernar es un asunto de confianza. Es una convicción de que se aspira a gobernar, con un mensaje centrado primariamente en las expectativas de la gente y no en las convicciones del candidato", como apunta Manuel Mora y Araujo.
En tanto, y aunque siempre la oposición se construye en espejo con el oficialismo, el kirchnerismo en el poder ha logrado ser mucho más que un contrincante para cualquiera que quiera desafiar su continuidad.
"En la Argentina muchos actores son dependientes del éxito o fracaso del oficialismo representado en la figura de la Presidenta, convertida en la principal variable independiente que define la competitividad de los actores de la oposición", alerta Mario Riorda. Aunque haya sido el más castigado en las movilizaciones de los "indignados" argentinos, el Gobierno, mal que les pese a los opositores, es el que está en posición de capitalizar más rápida y eficientemente ese enojo colectivo.