El previsible regreso del superclásico nacional
Es el verdadero superclásico argentino. La antinomia esencial y estructurante. Tan mitológica como la realidad absoluta. Tan irreal como los mitos. Arraigada desde antes de que existiera el país. Agravada hasta la guerra fratricida después de proclamarse la independencia nacional. Anestesiada, pero jamás saldada, con la institucionalización nacional. Porteños versus provincianos. El interior contra la metrópoli.
De los 35 presidentes constitucionales solo diez nacieron en la Capital. Ninguno logró terminar con el antagonismo y muchos lo potenciaron. Todo lo indeseable y todo lo deseado está en la Capital. Es el puerto de los sueños, de las pesadillas, de los éxitos consagratorios y de los fracasos indisimulables.
Siempre hay un motivo real o una buena excusa para revivir la disputa. Una expropiación, que potencia prejuicios de unos y otros, o la peste, que desde la megalópolis amenaza a todos. Otra vez la antinomia que vuelve . Aunque gobierne el país un porteño que prometió ser el más federal de los presidentes. Mitos.