El príncipe
Faltaban minutos para que Alberto de Mónaco subiera ayer al helicóptero que lo llevaría a Ezeiza y el príncipe apuraba un trago en la barra del mejor bar posible: Alberto's. La broma era inevitable entre los mozos del Hilton de Puerto Madero, los integrantes del Comité Olímpico Internacional y el entorno del jefe del Estado monegasco. ¿Qué hacía Alberto de Mónaco en la Argentina? Miembro del COI, el selecto club de poco más de cien miembros que dirige los Juegos Olímpicos , estudió con especial atención los de la juventud, de los que Buenos Aires es sede desde el fin de semana. Pero no todo es deporte, porque sabido es que la vida de un príncipe no es normal: a cambio de la despreocupación absoluta por esa pedestre necesidad de llegar a fin de mes, los compromisos se acumulan. Se lo vio en Recoleta, por ejemplo, asistiendo a la cena de una entidad que pocos conocen, pero existe: Association Monaco Argentina (AMA). Y el matrimonio integrado por Valeria Mazza y Alejandro Gravier difundió fotos con él en Instagram. Aunque, a decir verdad, su gran amigo argentino es alguien desconocido con quien compartió los años de deporte invernal y los Juegos de Salt Lake City 2002. A contramano del clima de época, la verdadera amistad sigue sin necesitar de redes sociales.