El santo de los estafadores
Se sabe que las historias de fe son historias de grandes pecadores, pero esto es demasiado: Lamor Whitehead –obispo de una pequeña congregación en Brooklyn llamada Ministerios Internacionales Líderes del Mañana– fue acusado de robo de identidad y fraude. El pastor afroamericano utilizó los datos de una decena de personas para sus compras personales. Debe 400.000 dólares a la empresa que construyó su casa y a la cooperativa que financió sus motos y su Land Rover.
Dice un teólogo que todos somos pecadores perdonados, pero esto supera la teología. El pastor sufrió un asalto durante un servicio religioso: tres hombres enmascarados entraron, lo redujeron y lo despojaron de cadenas de oro, anillos, relojes y otras joyas. Los medios lo defenestran, pero su templo se llena de gente. “La gente quiere saber cómo ha conseguido todo eso. Cuando llegas aquí, ves que está enseñando a Dios”, dice una vecina. Estamos en Estados Unidos, donde se cree que la riqueza es un premio de Dios para el hombre de fe. ß
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El obispo, embutido en su traje amarillo de Gucci, se defiende: “Me dedico a la inversión inmobiliaria y a ser pastor”. Y se compara con Job: “El diablo no quería que volviera a este púlpito. Dios dijo: ‘No puedes quitarle la vida. Puedes tocar sus cosas materiales. Pero no puedes tocar su alma’”.