El síndrome del nido que no se vacía
Vivimos tiempos muy adolescentes, y Michael Rotondo (Syracuse, estado de Nueva York) podría ser un héroe de esta época. Michael tiene 30 años y vive con sus padres sin pagar alquiler ni ayudar en las tareas de la casa. Hubiera llegado a ser un "adultescente "-esos sujetos que llegan a la cuarentena sin propósitos de crecer-, pero sus propios padres lo demandaron y lograron desalojarlo de la casa paterna.
Los padres de Michael, Mark y Christine, ya habían enviado cinco cartas exigiéndole que se fuera. En la última de ellas le ofrecían 1100 dólares para su mudanza y lo conminaban: "Se iniciará un proceso legal inmediatamente si no te vas antes del 15 de marzo de 2018". Michael adujo que necesitaba tiempo, que era muy pronto. Y sus padres salieron a buscar un abogado.
El juez calificó la defensa del hijo como "indignante" y otorgó la orden de desalojo. Freud hablaba de la necesidad de que el hijo combata con su padre y lo venza, pero esta es una historia inversa, en la que el hijo lucha con el padre para que le permitan dejar de ser libre.