En sus palabras: ideas que iluminan el papado de Francisco
En el libro Sobre el cielo y la tierra (Sudamericana), el cardenal Bergoglio dialoga con el rabino Abraham Skorka y sienta posición sobre temas doctrinarios y políticos
Sobre el diálogo interreligioso
"Cuando comencé como arzobispo en los Te Deum bajaba con el nuncio a acompañar al Presidente y lo llevábamos hasta la puerta. Todos ustedes, los religiosos de los demás credos, quedaban solos en un sitio, eran como muñecos de exposición. Cambié esa tradición: ahora el Presidente sube y saluda a todos los representantes de los credos. Eso fue un paso en la línea que usted propone. Desde el Te Deum de Salta en 2009, la ceremonia se divide en dos: no sólo se realiza el canto tradicional, clásico, de acción de gracias, junto con la homilía y la oración católica, sino que también formulan sus oraciones los representantes de cada credo. La participación ahora es mayor."
(...)
"La primera vez que me invitaron los evangelistas a una de sus reuniones en el Luna Park, el estadio estaba lleno. Ese día hablaron un sacerdote católico y un pastor evangélico. (...) En un momento, el pastor evangélico pidió que todos rezaran por mí y por mi ministerio (...). Cuando todos rezaban, lo primero que me salió fue ponerme de rodillas, un gesto muy católico, para recibir la oración y la bendición de las siete mil personas que estaban ahí. A la semana siguiente, una revista tituló: «Buenos Aires, sede vacante. El arzobispo incurrió en el delito de apostasía». Para ellos, orar junto a otros era apostasía. Incluso con un agnóstico, desde su duda, podemos mirar juntos hacia arriba y buscar la trascendencia. Cada cual reza según su tradición, ¿cuál es el problema?"
Sobre la vida parroquial
"Esa es la clave,la tendencia a la pequeña comunidad como lugar de pertenencia religiosa. Responde a una necesidad de identidad, no sólo religiosa sino también cultural: soy de este barrio, de este club, de esta familia, soy de este culto? entonces tengo un lugar de pertenencia, me reconozco en una identidad. El origen del cristianismo era «parroquial» (...). El problema es cuando la parroquia no tiene vida propia y es anulada, subsumida, por la estructura más alta. Y lo que le da vida a la parroquia es ese sentido de pertenencia."
Sobre la política
"Hace poco, por ejemplo, celebré una misa en la estación Constitución por las víctimas de la trata de personas: la esclavización en los talleres clandestinos, los cartoneros explotados, los chicos utilizados como mulitas de droga, las chicas en situación de prostitución. Terminó siendo una protesta grande, donde se juntó gente que no es católica, que no comparte mi fe, pero que comparte el amor por el hermano. No me estoy metiendo en política, me estoy metiendo en la carne de mi hermano, que lo pusieron en la máquina picadora, en una fábrica de esclavos. Es verdad, también, que algunos aprovechan para colar estructuras de tipo político, por eso hay que discernir bien de qué forma actuar en estos asuntos."
Sobre el compromiso con los demás
"La relación religiosa comporta un compromiso, no una huida. Hubo una época en la espiritualidad católica que existía lo que se llamaba la fuga mundi, ahora la concepción es totalmente distinta, es necesario involucrarse en el mundo, pero siempre desde la experiencia religiosa. Usted recién mencionó que cuando un fenómeno se da en una religión suele darse también en la otra. El problema es serio cuando lo espiritual se reduce a lo ideológico, pierde fuerza la propia experiencia religiosa y, como deja un lugar vacío, se recurre al mundo de las ideas para llenarlo. El otro riesgo es hacer obras de beneficencia por la beneficencia misma, actuar como una ONG en vez de participar de la experiencia religiosa. Hay comunidades religiosas que corren el riesgo de deslizarse inconscientemente hacia una ONG. No es sólo una cuestión de hacer tal y tal cosa para socorrer al prójimo. ¿Cómo rezás? ¿Cómo ayudás a tu comunidad para que ingrese en la experiencia de Dios? Ésas son las preguntas clave.
Sobre los líderes religiosos
"Estoy totalmente de acuerdo con la cuestión de la humildad. A mí me gusta usar también la palabra «mansedumbre», que no quiere decir debilidad. Un líder religioso puede ser muy fuerte, muy firme, pero sin ejercer la agresión. Jesús dice que el que manda debe ser como el que sirve. Para mí, esa idea es válida para la persona religiosa de cualquier confesión. El verdadero poder del liderazgo religioso lo confiere el servicio. En cuanto deja de servir, el religioso se transforma en un mero gestor, en un agente de ONG. El líder religioso comparte, sufre, sirve a sus hermanos."
Sobre la renovación de la Iglesia
"Si uno mira la historia, las formas religiosas del catolicismo han variado notoriamente. Pensemos, por ejemplo, en los Estados Pontificios, donde el poder temporal estaba unido con el poder espiritual. Era una deformación del cristianismo, no se correspondía con lo que Jesús quiso y lo que Dios quiere. Si, a lo largo de la historia, la religión tuvo tanta evolución, por qué no vamos a pensar que en un futuro también se adecuará con la cultura de su tiempo. El diálogo entre la religión y la cultura es clave, ya lo plantea el Concilio Vaticano II. Desde un principio se le pide a la Iglesia una continua conversión - Ecclesia semper reformanda - y esa transformación adquiere diversas formas a lo largo del tiempo, sin alterar el dogma. En un futuro tendrá maneras distintas de adecuarse a nuevas épocas."
Sobre Francisco de Asís
"Sé que para las religiones hubo épocas peores que la actual y, sin embargo, salieron a flote. Ahora tal vez podamos señalar escasez numérica de religiosos, pero existieron tiempos en que la escasez era de la virtud (...) Hubo épocas muy difíciles y, sin embargo, la religión resucitó. De golpe aparecen personajes, como Teresa de Calcuta, que revolucionan toda la concepción de dignidad de una persona, que gastan su tiempo -porque de alguna manera es perderlo- en ayudar a morir a la gente. Estas acciones generan mística y renuevan la religiosidad. En la historia de la Iglesia católica, los verdaderos renovadores son los santos (...). Otro caso, el de Francisco de Asís, aportó toda una concepción sobre la pobreza al cristianismo frente al lujo, el orgullo y la vanidad de los poderes civiles y eclesiásticos de aquella época. Llevó adelante una mística de la pobreza, del despojo, y ha cambiado la historia."