Encuentro fugaz
¿Se dará cuenta el caballo de que los estorninos descansan sobre su lomo? Cómo saberlo. Y si es que lo sabe, no parece que le incomode que lo hayan elegido para posarse. Habría que ver también por qué estas aves lo escogieron, en vez de una planta o una rama o cualquier otro espacio. Es posible que el pelaje los haya invitado a disfrutar de una superficie suave y acogedora. Más aún, ¿se darán cuenta estos pajaritos de que se encuentran sobre un animal? En definitiva, tal que ni las aves ni el equino sean conscientes de la presencia del otro. Es otra posibilidad. Pero todas especulaciones. Quizá lo que importe es que así, juntos, ninguno aparenta estar haciéndole mal al otro ni molestándolo. Hay una convivencia armónica, sin gran dependencia evidente, que probablemente se limite a una corta estadía. Un encuentro fugaz de esos que regala la vida y que más vale disfrutar sin preguntarse mucho qué implican.