Era 25 de mayo
La pandemia y la cuarentena han venido a profundizar, entre tantas otras cosas, la tendencia a que las fechas patrias pasen cada vez más inadvertidas. Hace años que se han devaluado las celebraciones por el 25 de Mayo, pero al menos se mantenían los actos escolares y alguna agenda protocolar que, en cada ciudad y cada pueblo, movilizaba a las principales instituciones. Ayer, sin embargo, el 211er. aniversario de la Revolución de Mayo apenas mereció, desde el Gobierno, mensajes de circunstancia.
El Presidente solo escribió cinco líneas en sus redes sociales y participó del tedeum desde una pantalla en la residencia de Olivos. En los colegios, la fecha pasó sin pena ni gloria. Es obvio que el contexto no permite ningún acto presencial, pero ¿no se podría haber pensado alguna forma de celebración virtual? ¿No se podría haber convocado a coros de todas las provincias a cantar el Himno en homenaje a los patriotas de 1810? La virtualidad, para estos casos, podría potenciar incluso un gran acto federal. Sin embargo, la creatividad no parece haber estado al servicio del 25 de Mayo. En muchas escuelas, el Zoom tampoco se enteró de la razón del feriado. Es una pena, porque honrar el pasado siempre sirve para lidiar con el presente.