Fenómeno
El partido decisivo de mañana de la Argentina frente a Nigeria está dando lugar a un fenómeno sorprendente, increíble, que no debe tener precedente. Mucha gente -¡muchos argentinos!- está empezando a admitir que no vería mal que la selección quedara fuera del Mundial . No es que piensen hinchar por Nigeria, pero consideran que sería muy malo para el país que este proceso, signado por la desorganización, la improvisación, el caos y la falta de liderazgo, se coronara con un premio. Que cuando las cosas se hacen muy mal, corresponde que terminen mal. La grotesca escena de Sampaoli fuera de sí, desencajado, gritándole "cagón" a un jugador croata no es fácil de digerir. Nadie quiere que el "estilo Sampaoli", por llamarlo de alguna manera, no tenga su merecido castigo. Cada vez menos argentinos se sienten identificados con esta forma de ser y de actuar. Es difícil sentir entusiasmo cuando lo que llega de Rusia son noticias de un escándalo detrás de otro, de un plantel rebelado que se autogestiona, de un DT que parece que ya no manda. En las redes, en grupos de WhatsApp, en llamadas a las radios, se está haciendo patente que empieza a predominar una sensación de hastío y vergüenza. Sampaoli lo hizo. Esta selección lo hizo.