Atardecer
Cuando una foto se toma a determinada hora del día, el protagonismo, sutil pero decisivo, le pertenece a la luz. Ocurre aquí, en esta imagen tomada en Jaffa, al sur de Tel Aviv. La situación es sugerente, el clima plácido, los contrastes ciertos. Sin embargo, nada sería igual sin la suavidad ligeramente ocre que baña cuerpos, rostros, objetos. Y que logra del mar una sustancia única, singularmente al borde de lo metálico. Imbuidos de una gracia tal vez panteísta, los veraneantes disfrutan del exquisito momento en que el día comienza a alzar sus ropajes, toma uno a uno los hilos de la claridad, dispone la salida. Cada cual vivirá el mundo a su modo, la mujer cubierta de pies a cabeza, la pareja que brinda sus cuerpos desnudos al agua. Pero la magia del instante, la que les brinda un universo que no los necesita, es única, cíclica y está abierta a cada uno de ello.