Fusión
Hasta los colores parecen haberse puesto de acuerdo para que el blanco y negro de los estandartes hagan juego con la camiseta del ídolo de fútbol a quien probablemente el niño admira. Esa idolatría se extiende en esta escena a la religión, ya que está besando un cuadro con la imagen de otro ícono digno de su admiración en la iglesia Agios Nikolaos, en Atenas. Se funden así lo sagrado y lo profano en una armonía que naturaliza la conjunción de opuestos que por definición no estarían llamados a unirse. Con este gesto tierno e ingenuo, sin saberlo, el jovencito ha logrado un sincretismo que no es muy fácil de alcanzar. La fusión de creencias e ideas discordantes por lo general demanda actitudes de comprensión y de tolerancia que el mundo cada día se encarga de demostrarnos que son esquivas. Al mismo tiempo que son esenciales para que la tan mentada convivencia sea realmente posible.