Gato y ratón

Las asociaciones libres inconvenientes que a veces hacemos nos sorprenden a nosotros primero que a nadie. Pero cuando las soltamos, ya es tarde para volver atrás. Es nuestro inconsciente el que habla en un descuido del superyó, que, por lo general, procura dejar al margen lo que no nos conviene decir. Es tal vez lo que le pasó anteanoche, en Terapia de noticias, por LN+ , a Pablo Avellutto.

Recientemente degradado de ministro a secretario, hombre de la cultura y afilado editor de libros, pudo apelar a otras parejas para ejemplificar la simbiosis entre el presidente Mauricio Macri y su jefe de Gabinete, Marcos Peña: Perón y Evita, Frondizi y Frigerio, Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, Fidel y el Che, Nixon y Kissinger; en fin, hasta incluso Batman y Robin, si quería poner un poco de ficción.

Pero Avellutto se inclinó por un binomio menos tradicional, más naíf y hasta aniñado, si se quiere: Tom y Jerry, los simpáticos personajes que salieron de la pluma de William Hanna y Joseph Barbera.

Elegir un dibujo dice mucho. Y más si ese dibujo es de un gato y un ratón. Los más acérrimos enemigos de Macri siempre lo asociaron a la figura de ese felino doméstico. Para colmo, el gato Tom es el más torpe y burlado de tan desigual dúo.