Las palabras. Habemus lío
"Chile tiene que ponerse los pantalones largos."
(Del secretario de Minería, Jorge Mayoral.)
La ministra de Minería de Chile, Aurora Williams, se quedó boquiabierta cuando nuestro funcionario del área, el secretario Jorge Mayoral, le reclamó a ese país que se ponga "los pantalones largos" para reactivar el proyecto minero Pascua-Lama. Apenas sobrepuesta, la funcionaria le contestó que Chile es "respetuoso de la institucionalidad". Un mensaje análogo lanzó el presidente Pepe Mujica, cuando dijo que Uruguay no es coimero ni corrupto, y que si algo esperaba dejar era un ejemplo de "compromiso ético".
¿Cómo respondemos acá a esas conductas? Con un plantón de dos horas de Cristina Kirchner a Michelle Bachelet cuando la presidenta de Chile visitó la Argentina, según reveló la prensa trasandina, y con un "nosotros tampoco somos coimeros", del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, quien en las últimas horas y gracias al brusco arrepentimiento de un prelado lenguaraz que acusaba al Gobierno de "mala leche", decidió guardar el alicate diplomático de Timerman con el que pensaba cortar en tiritas la supuesta falsa carta del Papa.
En Balcarce 50 fue realmente una bendición que la Iglesia se hiciera cargo de este nuevo brulote. Y ahora festejan que, con semejante revuelo de sotanas, pocos se acuerden del contenido y de la forma de la carta en cuyo texto el Papa no sólo tutea a la Presidenta, sino que escribe con errores y alerta sobre cuestiones de las que nuestras autoridades nunca se han hecho cargo: la falta de convivencia pacífica, el diálogo constructivo y la colaboración mutua.
Hay quienes creen que fue escrita por alguien que quiso ser más papista que el Papa, enviando un mensaje coloquial en lugar de protocolar, que es ciertamente lo que se espera del Vaticano. De ser así, habría que avivar al naif escriba para que no se meta más con temas que el Gobierno detesta y, menos, cuando la Presidenta vuelve hoy a la Catedral después de años de ninguneo clerical. Ya bastante dolor le provocó que se malinterpretara a la Conferencia Episcopal cuando habló de una "Argentina enferma de violencia"...
Atónito frente a semejante cadena de zafarranchos, Francisco se responsabilizó por la misiva y punto. Nadie mejor que él sabe que ya bastante tiene su país como para embarrar más la cancha. Eso sí, antes de partir a Tierra Santa, parece que dejó un mensaje clarísimo: "Muchachos, cuando dije que hagan lío me refería a los jóvenes. Y ustedes ya están grandes".
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