Hablemos de corrupción
"Necesitamos una ley de ética pública que se anime a desafiar la lógica de las multinacionales que hoy defienden a los CEOdel actual gobierno".
(Del diputado kirchnerista Darío Martínez durante un encuentro del PJ para debatir la corrupción.)
Llegó la hora. El Partido Justicialista se decidió. Después de rehuirle al debate como murciélago a la luz, empezó la semana pasada un ciclo que bautizó: "Hablemos de corrupción".
En la apertura, a cargo del presidente del partido, José Luis Gioja, el diputado nacional del FPV neuquino, Darío Martínez, reclamó una ley de ética pública que se anime a desafiar la lógica de las multinacionales que hoy defienden los CEO del actual gobierno. Bien por Martínez. Seguramente muy pronto podremos abundar en qué significa que una ley desafíe a algo o a alguien. Por ahora, lo importante es que la palabra "corrupción" -aunque sea la de los otros- ya no les incinera la lengua como una papa recalentada en el microondas. Hay que ponderarles la coherencia. Antes tampoco hablaban de inseguridad, desempleo, inflación ni destrato a los jubilados y desde diciembre de 2015 no hacen otra cosa que referirse a esos temitas que se les escaparon cuando eran gobierno.
La gente cambia y eso es bueno. Aplauso, medalla y beso, aunque Gioja insista en que se estigmatiza al peronismo cuando se habla de corrupción.
Fue una primera reunión, es cierto. Vendrán otras. ¿Hablarán de De Vido, Boudou, Báez, Chueco, Pérez Gadin, Daura, Khalil, Esteche, Jaime, Schiavi, Sala, Minnicelli, Manzanares, Milani, Medina, Baratta, Bonafini, los López, los Moyano y los Kirchner? ¿O solo saldrán a la cancha para señalar al equipo contrario, donde también hay muchos jugadores, pero todavía no tan comprometidos? ¿Sacarán a relucir carteles con las caras de D'Elía, Sala, Zannini y De Vido con la frase "Con presos políticos no hay democracia" -el 50% quedó viejo desde ayer-, como hicieron diputados justicialistas para recordar un nuevo aniversario del último golpe de Estado, o preferirán subirse al caballito de la ética pública para dar marcha atrás con la ley que le aprobaron a Cristina para que nunca más los funcionarios tengan obligación de difundir en detalle sus movimientos patrimoniales?
La intención de juntarse a debatir es impecable. ¡Cómo no reconocerlo! Ya lo dijo el compañero Máximo cuando se refirió a los conflictos dentro del peronismo: "Tenemos que unirnos para que la sociedad vuelva a estar empoderada. No se trata de la unidad para volver a repartir ministerios...".