Idolatría exacerbada
La foto de la foto. La que vemos nos muestra a cinco religiosas agrupadas disponiéndose para que una de ellas las retrate. Solo un par de rostros son visibles: el que más se destaca es el de la mujer sonriente, junto a otra con gesto relajado, pero serio. Las dos mujeres un poco más atrás tienen el rostro casi oculto, con elásticos que los recorren y delatan la ahora inconfundible presencia del barbijo. Y delante de todas ellas, la encargada de fotografiarlas. Celular en mano, alza su brazo para captarlas a todas. Son poses y gestos que se repiten hasta el infinito en todo momento. A tal punto que ya se habla del síndrome de la selfie, en general asociado con la vanidad, que, según la Biblia, es la idolatría exacerbada del individuo por sí mismo. ¿Lo sabrán estas religiosas? ¿Importa que lo sepan? Lo que sí cuenta es que están disfrutando de estar en la Plaza San Pedro. Y que se lleven un lindo recuerdo.