Innovar, la ruta
Si Bill Clinton estuviese hoy en campaña, modificaría su célebre eslogan. Diría: "Es la innovación, estúpido". Durante siglos, el mundo ha corrido detrás del agua, la sal, el oro, el petróleo. En la era digital y de la economía del conocimiento, corre detrás del cambio, la creatividad, la disrupción. Aquí, entre nosotros, hay gente que desafía lo establecido y se anima a probar. En Argentina innovadora (Sudamericana), un libro que acaba de aparecer, María Eugenia Estenssoro y Silvia Naishtat nos cuentan las historias de argentinos -emprendedores, científicos, artistas- que, como dice el prólogo, hace 20 años, cuando el país se hundía en una nueva crisis, fueron capaces de "pensar en grande y saltar por encima de los cercos mentales".
Por las páginas de este libro que atrapa, conmueve y moviliza, desfilan, entre otros, Wenceslao Casares (Patagon), Marcos Galperin (Mercado Libre), Martín Migoya (Globant), Alec Oxenford (OLX), Roberto Souviron (Despegar), Juan José Campanella, Cris Morena. Todos ellos lanzaron empresas y realizaciones de éxito global, pero otro factor común en muchos es que también atravesaron la experiencia traumática del fracaso, de la que consiguieron salir fortalecidos.
Esos argentinos son el GPS. Marcan la ruta.