Insultar a las víctimas
El pasado domingo, unos doscientos vecinos de Andoain (Guipúzcoa) celebraron en el centro del pueblo un homenaje a dos etarras involucrados en el asesinato de Joseba Pagazaurtundua. Los ensalzados protagonistas de este ignominioso acto, Iñaki Igerategi e Ignacio Otaño, han cumplido seis años de prisión tras haberse encargado del cobro de la extorsión a la que sometía ETA a empresarios vascos y por ser los chivatos que facilitaron a la banda el ataque a Pagazaurtundua, militante socialista.
El homenaje no es solo un insulto para las víctimas del terrorismo y un hecho que denota una falta absoluta de sensibilidad hacia ellas. Puede haber vulnerado la ley de víctimas promulgada en el País Vasco en 2016 y, además, ser constitutivo de un delito de enaltecimiento del terrorismo. Conviene analizar en perspectiva los avances de la sociedad vasca hacia la reconciliación. Los homenajes no son actos masivos como antaño y el gobierno vasco está firmemente comprometido en la tarea de restañar las heridas abiertas en una sociedad rota tras más de 800 muertos y 20.000 víctimas de armas, extorsiones y secuestros. Se trata de recuperar los valores que el terror pervirtió durante mucho tiempo.
El País- España