Invasión perdida
El sábado en la noche fue invadida la sede antigua de El Nacional. Una turba dirigida por sujetos armados trató de ocupar el edificio con el pretexto de entregar viviendas a un grupo de personas humildes. La alarma y el apoyo del vecindario, pero también la respuesta de las autoridades, impidieron que el delito se consumara del todo.
No deja de llamar la atención el hecho de que se haya perpetrado contra las instalaciones de un periódico caracterizado por la autonomía de su línea editorial y por la obligación indeclinable de comunicar la verdad a sus lectores, mientras otros medios callan o se doblegan frente a la dictadura.
Si se trata de una amenaza contra la independencia de El Nacional, pierden el tiempo. El periódico no cambiará su conducta.