La crisis en Grecia
Diez millones de electores participarán hoy en el referéndum para decidir la permanencia del país en la zona euro.
La pregunta
Ante el #Greferendum, cabe preguntarse si los ciudadanos griegos estarán realmente pronunciándose sobre el contenido de las negociaciones. El redactado de la pregunta es un desafío a las reglas básicas de un referéndum: pregunta simple y resultado claramente interpretable. Así más que un análisis de las bondades de cada una de las opciones, los partidarios del "no" estarán esgrimiendo un hartazgo hacia Bruselas y el rechazo a las políticas de austeridad. Los del "sí" querrán evitar el #Grexit e incluso la salida de Grecia del conjunto de la Unión Europea.
Agenda pública
Pol Morillas
Recorriendo Atenas
Exarchia es el barrio de Atenas en el que los disturbios son un fenómeno habitual. Ahora todo está en absoluta calma. Las noches en las que se aprobaron los rescates a Grecia, en 2011 y 2012, no se parecieron a ésta. Nos acercamos a un grupo antidisturbios apostado en las inmediaciones. Nos aseguran que no ha habido ningún incidente en toda la noche. Les preguntamos qué opinan sobre el referéndum. Nos dicen que no saben qué consecuencias puede tener el "no", ni qué puede venir después de un "sí". "No somos economistas, somos policías", zanja el mando.
Contexto y acción
Hibai Arbide Aza
Un resultado ilegible
En ausencia de un mandato claro, el referéndum griego puede tener consecuencias perversas. Qué opción se tome una vez obtenido el resultado depende de la lectura que hagan los políticos de uno u otro lado. En un referéndum, los votantes no pueden elegir lo que prefieren, porque las consecuencias dependen de la acción de los políticos. La ilegibilidad del resultado permite que exista margen para que éste sea utilizado como arma política por la troika y el gobierno griego. Serán ellos los que tengan la última palabra y podrán manipular la interpretación del resultado.
Politikon
Luis Abenza
Bastión Digital