La debacle económica venezolana golpea también a Cuba
Mirando hacia atrás, se advierte que la economía colectivista de Cuba sólo logró sobrevivir porque el régimen de los hermanos Castro pudo obtener, primero, el apoyo económico de la Unión Soviética y, luego, el de la Venezuela chavista. Por esto -ante la crisis venezolana- la ansiedad parecería crecer en todos aquellos que recuerdan lo sucedido en Cuba cuando, a comienzos de la década de los 90, el país debió enfrentar las duras consecuencias de la caída del imperio soviético, del que estaba “colgado”.
Fue entonces cuando el régimen cubano organizó los grupos de choque represivos, llamados eufemísticamente “brigadas de respuesta rápida”. Ellos fueron utilizados para suprimir por la fuerza las protestas sociales ocasionadas por la escasez de todo, especialmente de energía eléctrica. Pero lo cierto es que, a palos, el régimen sobrevivió. Hoy las patotas llamadas “colectivos” cumplen la misma función represora en Venezuela.
Como cabía suponer, la crisis venezolana ha comenzado a deteriorar, aún más, el restringido nivel de vida de los cubanos. Tan es así, que la sombra de lo ocurrido a comienzos de los 90 parece haber vuelto a aparecer en la isla. Las medidas de austeridad ya han comenzado, con racionamientos de energía. Las oficinas de gobierno cierran temprano. En su interior, los aires acondicionados ya no funcionan y han sido, en algunos casos, reemplazados -como paliativos- por quejosos ventiladores y por ventanas siempre abiertas, a modo de paliativo. El alumbrado público, que era escaso, está sufriendo nuevos cortes y el tráfico de vehículos en los centros urbanos ha disminuido.
Ocurre que Venezuela -asfixiada- ha restringido notoriamente su asistencia a Cuba. Reduciéndola en casi un tercio. Tanto la financiera, como la provisión de 90.000 barriles diarios de petróleo crudo en condiciones fuertemente subsidiadas. Para tratar de dimensionar lo que efectivamente sucede, basta señalar que la asistencia petrolera venezolana cubría nada menos que la mitad de las necesidades energéticas totales cubanas.
Venezuela -asfixiada- ha restringido notoriamente su asistencia a Cuba
Lo antedicho ha provocado que, para el resto del año, el consumo de combustibles y el de electricidad cubanos habrán de disminuir en un 28% adicional, generando dificultades diarias adicionales a la sociedad toda.
La economía cubana –en su conjunto- se achicará este año y declinará casi un 3% el año próximo. Nada para aplaudir, entonces, pero lo cierto es que la economía de Venezuela se achicará este año en un enorme 10% y que nada hace prever que el año próximo la situación de Venezuela, salvo cambios profundos, pudiera mejorar en modo alguno.
Cabe esperar que los cortes energéticos en Cuba no afecten a la industria del níquel, fuente de divisas proveniente de su exportación, ni a la del turismo. Lo cierto es que las 500.000 cubanos que hoy trabajan en los hoteles y restaurantes y dependen del turismo están llenos de preocupación. Ellos conforman nada menos que el 10% de la fuerza de trabajo total de la isla.
Para complicar aún más las cosas, los países que importan servicios médicos de Cuba, entre los cuales está Brasil, están tratando de prescindir de los médicos cubanos o de reducir sustancialmente su presencia. Para Cuba ésta es otra muy mala noticia, desde que, hasta hace un par de años, esos servicios generaban nada menos que el 40% de los ingresos cubanos por exportaciones.
La gran víctima de lo que sucede en Cuba es y ha sido siempre su pueblo, cuyo nivel de vida es notoriamente inferior al de la enorme mayoría de los países latinoamericanos. Ese nivel de vida está ahora cayendo aún más. Particularmente el de los empleados públicos, cuyos ingresos, en términos de poder adquisitivo, son de apenas un tercio de lo que eran a fines de la década de los 80.
Haber previsto que esta difícil situación se aproximaba inexorablemente explica, en buena medida, por qué Raúl Castro tomó la decisión de “recomponer” la relación de su país con los Estados Unidos y comenzó a “abrir” algunos sectores de la economía cubana que estaban reducidos a su mínima expresión como consecuencia del estatismo enfermizo que ha predicado por décadas el gobierno de Cuba.
Las cosas en Cuba no parecen tener posibilidad de mejorar en el corto plazo. Y hasta podrían empeorar, atento a que la Asamblea Nacional de Venezuela está comenzando a investigar y restringir los mecanismos de asistencia a terceros Estados que ha estado utilizando Venezuela bajo la administración de Nicolás Maduro.