La evolución de la actividad económica durante la presidencia de Macri
Un año crecemos pero al siguiente decrecemos. Y así sucesivamente, al menos en los últimos 8 años. En el año que crecemos hay elecciones. Cuando no hay elecciones se hacen los ajustes y entonces tenemos recesión. Necesitamos cambiar este patrón de conducta, que ya lleva muchos años de continuidad.
La actividad económica en 2016, es decir el PIB, bajó 1,8 % en relación al último año de la administración de Cristina Kirchner, o sea, 2015. En este período, 2016, se ejecutaron varios ajustes macroeconómicos, como por ejemplo, la salida del cepo en un solo día, la eliminación de los derechos de exportación de granos y oleaginosos, excepto para la soja que irá bajando en 5 años, el afianzamiento del problema de endeudamiento con el resto del mundo y otros ajustes que justificaron el retroceso que se verificó en ese período.
En 2017, se logró un aumento de 2,9 % en el PIB, lo que mostró un buen ángulo para las elecciones de medio término desarrolladas en ese año, en las cuales ganó el partido Cambiemos, liderado por Mauricio Macri.
En el presente ejercicio caeremos, en principio, el 1 % tomando todo el PIB, como consecuencia de correcciones que hubo que realizar en medio de la tormenta financiera, producto de no haber previsto, por ejemplo, reacciones importantes en el tipo de cambio. Dicho tipo de cambio, en la práctica, creció algo más de un 50 % desde principio de año hasta julio. También se tuvo que aumentar mucho la tasa de interés local, que para las Lebacs llegó a 46,5 % anual y ahora está bajando. También hemos tenido una caída muy fuerte de nuestra producción agrícola, principalmente soja, como consecuencia de una gran sequía en este 2018. En lo internacional, ocurrieron importantes aumentos de las tasas de interés sobre todo de la FED y también bajas de impuestos a las corporaciones, ambos en EE.UU.
Para 2019 estimamos una recuperación de la economía del orden del 3,2 % en gran parte como consecuencia de la recuperación de la producción agrícola a valores normales, de los moderados aumentos de las tarifas públicas y de la baja de la inflación, del 32 % anual en 2018 a 21 % en 2019. El tipo de cambio se moverá en la línea de la inflación, creciendo todo el tiempo, pero en menor medida que este año.
La producción de bienes (Sector Agropecuario, Industria, Construcción y Electricidad, Gas y Agua) ha tenido la siguiente evolución en los años de Macri: en 2016 cayó en 5,3 % producto de los ajustes macro efectuados. En 2017 aumentó en 3,1 %, pero para ello no se hicieron grandes correcciones de la economía. Este año la producción de bienes va a bajar un 3,4 % con fuerte reducción en la producción agropecuaria de 14,6 %.
Para el año próximo se prevé que puede crecer en 5,2 %, sobre todo por la gran recuperación del agro en 13,2 %, aunque también aumentarían la industria en 3,8 %, la construcción en 3,3 % y la electricidad, gas y agua en 2,8 %, por mencionar los principales sectores productores de bienes de la Argentina.
En cuanto a los servicios, se estancó sólo en 0,2 % en 2016; luego creció en 2,4 % en 2017. Este año 2018 bajaría en 0,2 % y en 2019 crecería en 2 %.
Lo que es notorio, tanto en la producción de bienes como en la de servicios, es la oscilación año por medio de la economía argentina: hay un año que crece y le sigue otro que decrece y este es un problema que no se ha podido resolver hasta el momento aproximadamente desde 2010 en adelante.
Necesitamos un cambio claro de política económica para tener perspectivas seguras de aumento de la actividad económica. Necesitamos que todos los años tengamos una permanente variación positiva. Esto es fundamental, sobre todo teniendo en cuenta que 2019 es un año con elecciones presidenciales y que requerimos mantener la misma línea de orientación económica, aunque adaptada a las nuevas realidades de ese año. Esperemos que todo se haga correctamente y que aumente la inversión de una manera notoria, al haber arreglado las variables macroeconómicas de una manera segura.