La falacia de la justicia social y el impuesto a las ganancias
Posiblemente la justicia social haya sido uno de los asuntos más abordados por la literatura universal y el conocimiento humano. Desde la religión en todas sus manifestaciones hasta la ciencia política han intentado definirla como base de principios fundantes dentro de un orden de normas. Tanto en lo moral como en el derecho positivo. Pero todos han tenido –en más o en menos– un núcleo duro acordado: la realización digna de la persona. El concepto mismo de justicia.
Sin embargo, tal concepción maravillosa –insisto en que siempre ha tenido una lectura progresiva en la dignidad y la realización del hombre– fue arropada con suma honestidad por distintos espacios políticos en muchos casos, pero también en las últimas décadas por politiquería: la supuesta lucha contra el capital mediante la redistribución de la riqueza con un impuesto a las ganancias progresivo donde solamente los altos ingresos quedasen sujeto al impuesto a las ganancias. Esa era la lucha; la bandera: no al impuesto al trabajo para la clase trabajadora. Pero resultó la del Tero: poner los huevos en un lugar y gritar en otro.
Podemos sostener que en las plataformas electorales que van desde 1983 hasta el año 2003 la tributación no ocupaba centralidad alguna. Más: en algunos casos, directamente ni se mencionaba el tema de los impuestos en las promesas de campaña ¿Por qué? sencillo: porque solamente una muy pequeña porción pagaba el impuesto a las ganancias. Vale decir, la denominada “clase alta”; los gerentes y directivos, se oía decir por ahí ¿Y cuándo comenzó a ser un “tema electoral” y dónde hoy es discurso central de cualquier partido político? Respuesta: ya entrados los años 2004/5 y hasta nuestros días la población tributaria fue creciendo de forma directamente proporcional al incremento desmedido del empleo público y la emisión monetaria con el consecuente crecimiento inflacionario (que también es un impuesto).
Es decir, para pagar ese incremento poblacional del empleo público, que según datos del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea se incrementó de 2003 a 2023 en orden al 70% (mientras la población lo hizo un 25%), había que garantizarse aumentar la población sujeta al impuesto a las ganancias. ¿Y con qué fórmula? Respuesta: la emisión monetaria desmedida y el aumento de salarios sin actualizar los mínimos no imponibles (o hacerlo tardíamente y por debajo de la inflación) aseguraba al gobierno de turno cada mes incorporar más trabajadores al zoológico tributario. Al zoológico tributario se entra, pero de él no se sale ¿Y todo esto pasó bajo el imperio de un gobierno liberal? No justamente, y honesto es decir que entre 2015 y 2019 fueron por primera vez desde 1997 actualizadas las alícuotas y también automáticamente de las deducciones personales.
Durante los últimos 20 años quienes tenían la justicia social como bandera triplicaron la población sujeta al impuesto a las ganancias. O, en otros términos, el coste laboral de superpoblar el Estado tuvo como contrapartida la mayor presión fiscal jamás conocida, sometiendo al trabajador a su tributación: ¿justicia social? Hipócritas. Así que ya saben: mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen y no hacen (Mateo 23:5).
Profesor de la maestría en Derecho Tributario de la Universidad Austral