La India, una oportunidad para el país
La India continúa siendo un misterio a pesar del potencial que representa para nuestra política exterior y nuestros sectores productivos. Es por eso necesario explorar pasajes y conductos diplomáticos y económicos que lleven a una más rica relación con esta potencia emergente.
Con más de 1230 millones de habitantes y una gran diversidad de culturas, la India es la democracia más numerosa y diversa de la Tierra. Un profundo proceso de reformas que comenzó en 1991 dio lugar a una mayor integración a la economía mundial y hoy crece al 7% anual. Este proceso se ha mantenido, junto a la saludable rotación democrática de dos partidos, el Bharatiya Janata Party (BJP) y el Partido del Congreso. Así, el país enfrentó el proceso de globalización con gran éxito: vastos sectores salieron de la pobreza y la clase media creció de 50 millones, en 2005, a 500 millones.
La Argentina puede desarrollar con este miembro del G-20 un relacionamiento de alta intensidad a nivel político-cultural. Además de ser una potencia emergente democrática, sus elites y las clases medias poseen una cultura dual: mantienen sus culturas locales, pero incorporan elementos culturales occidentales, lo que es facilitado por el uso de la lengua inglesa. En este acercamiento con la India, la diplomacia presidencial es crítica, y el presidente Macri ya la ha implementado en sus encuentros con el primer ministro indio, Narendra Modi, en el contexto del G-20 en China (2016) y en Alemania (2016).
Una de las consecuencias del rápido crecimiento de la clase media india es la demanda creciente de productos que la Argentina puede proveer. Esto se refleja a nivel económico-comercial: nuestras exportaciones alcanzaron los 2208 millones de dólares en 2016 (un crecimiento del 10% respecto de 2015 y de un 67% desde 2010). Esto convierte a la India en el quinto destino de nuestras exportaciones. Las perspectivas futuras son aún más favorables. Aunque la India es proteccionista en materia alimentaria, la escasez de agua y tierras fértiles no permite su autosuficiencia; esto ofrece una oportunidad para nuestras exportaciones. Por ejemplo, si hoy la India consume 5 millones de toneladas de legumbres, en 2025 consumirá 33 millones, y sólo producirá 23.
A su vez, la India provee a la Argentina de insumos intermedios para nuestras industrias, como materias primas textiles o farmacéuticas y autopartes, lo que no amenaza, sino que complementa nuestro desarrollo industrial. Las importaciones desde allí fueron del orden de los 750 millones de dólares en 2016, lo que representa un superávit comercial superior a los 1450 millones (sólo inferior al que tenemos con Chile).
Aunque Macri ha definido el relacionamiento con la India como "todavía un poco superficial", existen pasajes y conductos para profundizar los lazos. El primero es potenciar la diplomacia presidencial, dado que Macri ya ha sido invitado a la tierra de Gandhi y Tagore. El segundo es estabilizar nuestra presencia diplomática. El tercero, potenciar la diplomacia ministerial, incluyendo una visita del canciller Faurie. Además, optimizar el acuerdo Mercosur-India. Y seguir apoyando a nuestros sectores productivos para que capitalicen las oportunidades, de Delhi a Chennai, y de Kolkata a Mumbai. En una política exterior de "horizontes diversos", la India debe jugar un rol de creciente importancia.
Doctorando en Relaciones Internacionales, miembro consultor del CARI y de Cippec