La isla de la fantasía
EL CAIRO, Egipto.- Un límpido cielo que se va tornando azul en un atardecer que avanza hacia la noche como telón de fondo. A los costados, edificios con todos los guiños de la urbanidad: paredes, puertas, ventanas, rejas, aparatos de aire acondicionado. Hacia el centro, una terraza con ropa colgada, plantas y unas luces que van reemplazando la natural, que ya casi se extingue. Y en el medio, una alfombra verde, donde las cuatro mujeres se disponen a celebrar Ramadán, reunidas en esa especie de pequeña isla que han diseñado para hacer el festejo. Como este, muchos espacios pueden convertirse en oasis. Pueden incluso ser más pequeños aún y, por qué no, hasta imaginarios. Si lo que deseamos no se puede concretar, nunca olvidemos que podemos recurrir a la mayor de las islas, la isla de la fantasía, aquella donde los límites no existen ni nadie puede impedir que hagamos lo que tenemos ganas.