La lucha en el barro de "Rocky" Espert
Ya unos días antes de ser elegido por Mauricio Macri como su compañero de fórmula, Miguel Pichetto se permitió darles un consejo a quienes comandaban la campaña electoral del oficialismo: "Si yo estuviera en el Gobierno, me preocuparía por los dos, tres o cuatro puntitos que José Luis Espert le podría sacar a Cambiemos por derecha". Y también advirtió lo propio sobre Juan José Gómez Centurión , el extitular de la Aduana del actual gobierno, que ahora se postula a la presidencia de la Nación por fuera del macrismo. Más aún, el senador rionegrino llegó a sugerir que debería seducirse a Gómez Centurión para que colaborara en la próxima gestión gubernamental en temas de defensa nacional.
Por lo visto, parte de esas advertencias pichettistas llegaron lejos, como se vio con la negociación encabezada por el postulante a vicepresidente para persuadir con éxito a sus nuevos socios políticos de llevar a Alberto Asseff en un lugar expectable de la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, para que su partido, el Nacionalista Constitucional, por el cual iba a ser candidato Espert, dejara sin sustento al economista liberal, quien ahora deberá pugnar para que la justicia electoral habilite su candidatura por otra agrupación política.
No puede dejar de sorprender esto de ver al número dos de la fórmula presidencial de Juntos por el Cambio operando para desbancar a un competidor electoral que, de antemano, carece de chances de disputar seriamente la presidencia en el inicio de su carrera política. Sin embargo, también todo indica que los pocos puntos que pudiese obtener Espert en las elecciones primarias abiertas (PASO) y en la primera vuelta electoral podrían dañar algo las perspectivas de Macri en su competencia con la fórmula integrada por Alberto Fernández y Cristina Kirchner . Hay algo claro: el Frente Despertar, de Espert y sus huestes, puede pescar muchos más sufragios en el caudaloso río de exvotantes macristas desencantados que en el río peronista.
Sorprende también que Espert haya confiado en Asseff, un dirigente que desde hace décadas maneja un sello partidario que suele ser "alquilado" en función de la oferta y la demanda en la arena electoral. La asociación con el Partido Nacionalista Constitucional le costó en su momento al postulante presidencial de Despertar el enojo del mediático economista ultraliberal Javier Milei, quien originalmente iba a ser compañero de fórmula de Espert. Milei advirtió que las ideas liberales no tenían nada que ver con Asseff, a quien no dudó en calificar de "nazi".
Las peripecias de Espert continuarán. Logró acordar que su candidatura presidencial sea avalada por el Partido Unite. Se trata de la misma agrupación que llevó en Santa Fe la exitosa candidatura a diputada provincial de Amalia Granata , la modelo que se ha destacado por su militancia en contra de la legalización del aborto . Ocurre que Espert, si bien no se considera un "militante del aborto", se ha pronunciado en favor de su despenalización. De todas maneras, Unite no es el partido de Granata, sino que fue un simple facilitador legal de su candidatura. La fuerza política de la diputada electa por Santa Fe es el Frente Somos Vida.
A este verdadero berenjenal de sellos de goma partidarios, que casi no tienen afiliados pero sí preciadas personerías políticas que permiten cumplir los sueños de un candidato sin partido, ha quedado sometida la política argentina. Si la justicia electoral no le da la razón, Espert será una de sus nuevas víctimas. Pero si, finalmente, la jueza María Romilda Servini de Cubría o la Cámara Nacional Electoral habilitan su candidatura, más de un dirigente del macrismo tendrá derecho a preguntarse qué hizo Pichetto regalándole un lugar en la lista de diputados a un dirigente tan extraño al sector como Asseff.
La desesperación evidenciada por los operadores de Juntos por el Cambio para sacar de carrera a Espert no deja de exhibir un costado débil en el oficialismo. Lo han advertido así hombres del kirchnerismo, como el sociólogo Artemio López, quien afirmó que "la caza de brujas contra Espert solo parece justificarse por el miedo del Gobierno a perder votos".
El porcentaje de intención de voto que las encuestadoras más conocidas le otorgan a Espert ronda el 3%, aunque algunas, como Federico González & Asociados, estiran ese apoyo hasta el 6,5 por ciento.
Lo cierto es que Espert, quien hasta hace poco se comparaba con Rocky Balboa, el rústico boxeador ítalonorteamericano encarnado por Sylvester Stallone que se encontró de golpe frente a la posibilidad de competir por el título mundial, deberá protagonizar antes una pelea preliminar y eliminatoria ante la justicia electoral. Bienvenido, Espert, al barro de la política.