La lucha de Venezuela contra un gobierno dictatorial
La multitudinaria marcha de ayer debe movilizar a los Estados de la región para reclamar por la institucionalidad arrasada por Nicolás Maduro
LA NACIONEs una cruda realidad que el gobierno de Nicolás Maduro se ha convertido en una dictadura. La democracia en Venezuela es ya una quimera, como lo ha definido sin eufemismos el secretario general de la Organizacion de Estados Americanos (OEA), el ex canciller uruguayo Luis Almagro.
La violacion sistemática de los derechos individuales y de la libertad de expresión y el desconocimiento de la división de poderes, entre otras aberraciones cometidas, se comprueba a diario en el pais caribeño, donde al día de hoy continúan las detenciones de dirigentes opositores y abundan los ataques a los medios de prensa independientes, como ha sucedido recientemente con el diario El Nacional, de Caracas.
Sumado a todo ello, la grave crisis humanitaria que padece el pueblo venezolano, que no puede acceder, entre otras cosas, a alimentos básicos ni a medicamentos; una inflacion desbocada y una inseguridad alarmante muestran el claro fracaso del régimen chavista.
Ante semejante estado opresivo, la oposición, nucleada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), con mayoría legislativa en la Asamblea Nacional desde enero pasado, produjo este año una recolección de firmas de ciudadanos para poner en funcionamiento el sistema de referendo revocatorio, consagrado en la Constitución Nacional por el propio Hugo Chávez, en 1999.
Acorralado por las firmas obtenidas, Maduro ha buscado, con la complicidad del dependiente Tribunal de Justicia, retrasar la convalidación de este instrumento legal.
En respuesta al brutal cercenamiento de libertades fue que la oposición volvió a manifestarse ayer con una multitudinaria marcha, que llevó el nombre simbólico de "Toma de Caracas" .
Desde hora temprana, las calles fueron pacíficamente recorridas por miles y miles de venezolanos cansados de la dictadura de Maduro. La respuesta del régimen ha sido de una violencia extrema, negando el ingreso de periodistas extranjeros y echando a los que ya se encontraban en Venezuela como veedores internacionales, apresando opositores, cerrando el espacio aéreo, bloqueando arterias y acusando de terroristas a los dirigentes opositores -muchos de ellos presos desde hace tiempo-, en un claro mensaje de intimidación. "Estoy dispuesto a todo", bramaba ayer Maduro frente a sus acólitos a quienes anunciaba que tenía preparado un decreto para derogar la inmunidad de los parlamentarios.
La marcha opositora de ayer ha despertado la atención regional y mundial. Es de esperar que el gobierno argentino sea consecuente con lo sostenido por el presidente Mauricio Macri durante la campaña electoral, y asuma la defensa del orden constitucional en aquel país.
La "Toma de Caracas" puede constituir el inicio de una nueva etapa en la castigada Venezuela, pero también una profundización del sistema dictatorial de Maduro, que ayer volvió a dar muestras de hasta dónde es capaz de llegar.
Lo que de aquí en más ocurra dependerá de los propios venezolanos y, muy especialmente, de todos los gobiernos de la región, que sostienen la defensa de los valores del sistema republicano.
LA NACION