La música del color
ALTERBUNG, ALEMANIA.- Vasili Kandinsky y Paul Klee se conocieron brevemente en la Academia de Munich, en 1900. Coincidieron luego en el grupo Blue Rider y, en 1922, en la Bauhaus, la gran escuela fundada por Walter Gropius, donde se consolidaron como maestros de la abstracción. En ambos dejó su huella la música. Kandinsky asistió en Munich, en enero de 1911, al concierto donde se interpretó Piezas para piano op. 11, de Schoenberg. La inmediata admiración que despertó en él la obra, muestra temprana de la atonalidad, fue el principio de una amistad provechosa. "Usted ha hecho realidad en su obra lo que yo ando buscando de manera incierta y con tanto anhelo para la pintura: el camino de las disonancias en el arte", escribió el artista. La portada del catálogo de la exhibición que celebra cien años de la Bauhaus, con su acorde cromático y su fantástica geometría, sintetiza el espíritu libre de Kandinsky y su música del color.