La rabia
BEIRUT, LÍBANO.- La imagen se repite. Ocurre en el Líbano -que es donde se tomó esta fotografía-, pero también en Chile o en París; en ciudades rutilantes y ancladas en el lado norte del mundo, tanto como en populosas metrópolis crecidas en sus costados menos afortunados. La escena se repite, y ya es lugar común afirmar que algo en ella es signo de época. Falta saber si, en su acumulación de momento infinita, habrá también allí algo que anuncie alguna posible vuelta de hoja. Como en tantos otros lugares, en las calles de Beirut se dio cita la ciudadanía airada. Están en la foto: la manifestante, apenas protegida por la furia, y los policías que intentan detenerla. Como muchos otros libaneses, ella salió a insultar a las elites; a soltar la rabia contra bancos, políticos y una crisis financiera de la que solo se saben víctimas esos que vociferan sin ya importarles nada más que astillar un cerco de oídos sordos.