La vida y sus máscaras
NAIROBI, KENIA.- La confluencia de símbolos es impactante, y más aún los roles, casi invertidos, a los que se prestan. La parca sonriente, ya no con la satisfacción de la que viene por su cosecha, sino sentada, las manos reposadas sobre el pecho, la cabeza levemente inclinada: la sonrisa de una santa o, al menos, de alguien que siente compasión. Parece querer decirnos "quiero quedarme aquí, rendida, no quiero actuar". Será porque detrás de esa máscara late una vida. Una activista, nos dicen sus sandalias, que en Nairobi ha protestado contra los recientes planes del gobierno de abrir minas y una central eléctrica de carbón, con efectos gravísimos sobre el medioambiente y la salud de la población. Seguramente, emular la apariencia de la muerte es para demostrar que esas decisiones traerán devastación. Pero en su cuerpo ganó el deseo de conservar la vida, allí, indefensa ante el soldado que la vigila.