¿Macri versus quién?
"Para ganarle a Macri hay que conformar un grandísimo frente".
(De Pino Solanas.)
Si ningún candidato presidencial ganara en los comicios generales de este año para presidente, un día del próximo noviembre los dos que hayan sacado más votos deberán debatir públicamente porque así lo ordena una ley. Para ser más precisos, ese careo electoral deberá ocurrir diez días antes del ballottage.
Ahora bien, ¿quiénes podrían este año pararse detrás de los atriles que en 2015 ocuparon Scioli y Macri? He ahí el dato más intrigante cuando faltan diez meses para una eventual segunda vuelta.
Si las cosas se dieran como hoy plantea la mayoría de las encuestas, los contendientes serían Macri y Cristina. Ya se conoce la poca voluntad de la expresidenta para debatir, pero la ley ahora obliga a hacerlo. Cuando Scioli dejó vacía la silla del primer debate entre todos los aspirantes que surgieron de las PASO, no había sanciones. La ley promulgada en 2016 dice que aquellos candidatos que se rateen (este término es nuestro, no de la ley) serán sancionados con el no otorgamiento de espacios de publicidad audiovisual, además del simbólico castigo de dejar un sitial vacío durante esa discusión.
Hasta esta hora (hasta este minuto, por tratarse de nuestro país), todo indica que Macri buscará la reelección. María Eugenia Vidal dijo que no será candidata a presidenta, pero aquí todo puede cambiar, especialmente si el aumento de tarifas, de la pobreza y de la presión tributaria termina quemando las boletas MM en la hoguera del voto castigo.
¿Quién podría estar en la vereda de enfrente si no es Cristina? Para eso deberían pasar varias cosas. En primer lugar, que ella decidiera no presentarse. Si es así, posibles candidatos K o "K retornados" serían Kicillof, Rossi, el propio Scioli o Solá. También está Massa (a la espera, una vez más, de dónde ubicarse en el mapa peronista) y los no K Urtubey, Lavagna y Espert (aunque algunos, más potenciados por Twitter que por la realidad).
O sea: la cosa podría ser Macri versus Kicillof, Macri vs. Massa, Macri vs. Urtubey, Macri vs. Lavagna o, en menor medida, el resto.
Una cosa hay que tener presente. Aquel debate de 2015 fue experimental y tuvo algunos golpes de efecto interesantes: entre ellos, el beso que, al finalizar, Juliana Awada le dio a su marido mientras Scioli no sabía qué hacer con Karina Rabolini.
Sí señores: ese beso estuvo planeado y ensayado. ¿Volverá Durán Barba a sugerirlo? Y los demás, ¿tendrán a quien besar en público?