Leopoldo López, un testimonio desgarrador
Leopoldo López no hace necesaria una presentación. Su imagen en aquel febrero de 2014, cuando decidió presentarse ante lo que él calificó como una "justicia injusta", recorrió el mundo y lo sigue haciendo, detrás de los barrotes de la prisión militar de Ramo Verde, adonde fue confinado por el régimen de Nicolás Maduro, luego de un vergonzoso juicio condenatorio a más de 13 años de prisión. Las páginas de su libro Preso pero libre: notas desde la cárcel del líder venezolano, editado en febrero en España y ahora en la Argentina por el Grupo Planeta, prologado por el ex mandatario español Felipe González, reúnen algunos de los escritos, los que no fueron confiscados en las requisas de rigor, que el líder de Voluntad Popular hizo llegar a través de su familia y abogados defensores y que salen a la luz pública.
En estos escritos, López no sólo relata las ignominiosas experiencias a las que fue sometido, al igual que el numeroso grupo de presos políticos, sino que pone de manifiesto su ideario político y social, que sin claudicaciones, busca una Venezuela plural, próspera, solidaria y por sobre todo republicana, con división de poderes, respeto a las libertades individuales, al disenso y la prensa libre. Pone en claro la verdadera naturaleza de un gobierno populista, democrático de origen, devenido en una dictadura corrupta y fracasada en todos los órdenes.
López clama, a través de estas páginas por la libertad y la justicia de los encarcelados por el régimen, pero por sobre todo por la tierra de Simón Bolívar. Acusado por: " Instigación pública, daños a la propiedad, incendio en grado de determinador, asociación para delinquir, homicidio y terrorismo", desde las sangrientas jornadas donde fueron asesinados jóvenes en las calles venezolanas por las fuerzas policiales y los "colectivos o fuerzas de choque" del gobierno, sobrelleva su destino con entereza y una inquebrantable fe en el destino de su patria y de su pueblo.
El líder venezolano no ahorra letras para denunciar la dependencia de Venezuela con el gobierno cubano de los Castro; como asimismo la corrupción que carcome la vida de millones de sus compatriotas. De particular relevancia son las páginas donde relata el ofrecimiento hecho por Diosdado Cabello, en aquellos trágicos días de febrero de 2014, para facilitar que López y su familia salieran del país o se asilaran en una embajada. La negativa a tal posibilidad con la certeza de la suerte que correría al hacerlo, no solamente enaltece al autor sino a toda su familia. Las conversaciones con sus cancerberos, con otros presos políticos y con algunos militares dan un clima surrealista a lo que hoy padece Venezuela, haciendo de ella un estado fallido, que nos lleva a recordar a Conrad y su Viaje al corazón de las tinieblas.
López analiza la decadencia de las élites partidistas tradicionales, sobre las que sostiene que se fosilizaron y envejecieron, facilitando, "en 1998, la aspiración de cambio de los venezolanos y el único en proponerlo con credibilidad, fue Hugo Chávez. Esa aspiración de cambio, como sabemos fue traicionada el pueblo venezolano se encuentra en condiciones mucho peores que las de hace quince años".
López, a quien han apoyado líderes políticos y sociales de las más diversas posturas ideológicas, hace hincapié, en sus escritos, no sólo por la libertad de todos los presos políticos, sino por la de Venezuela misma. Sus notas, reflexiones, humillaciones sufridas, son un conmovedor alegato en defensa de valores que han sido pisoteados por el gobierno de Maduro, pero son a su vez un canto de esperanza por una Venezuela erguida y libre, donde -él mismo proclama- no habrá lugar para la venganza pero sí para la justicia independiente. Sus pensamientos volcados en éstos papeles son ilustrados por sus dibujos a lápiz, realizados desde su pequeña celda de confinamiento, donde sobresalen sombríos barrotes, alambrados, pero también pájaros volando en libertad, hasta un Cristo crucificado, síntesis quizá, de su propio calvario, al igual que el del resto de los presos políticos.
El libro de Leopoldo López se resume en un relato desgarrador, pero asimismo en la muestra de la dignidad y el coraje cívico de un hombre que eligió su destino en defensa de sus ideales, pagando el precio de enfrentar a un aparato político que tuvo miedo de un hombre que con la palabra y la actitud ha mostrado al mundo la verdadera naturaleza de un sistema que ha llevado al país al abismo.
Leer a López conlleva a asumir que si esto pudo suceder fue por el silencio cómplice de muchos gobiernos de la región que, o miraron para otro lado o se beneficiaron por prebendas del régimen de Nicolás Maduro. "Mi cuerpo se mantiene preso, pero mi alma y mis pensamientos vuelan en libertad?", escribe Leopoldo López.
Un testimonio que merece ser leído por el coraje del autor y el de su familia que peregrina para hacer escuchar su voz. Su mujer, Lilian Tintori; su madre, Antonieta Mendoza; su hermana Diana y figuras como María Corina Machado, Daniel Ceballos, Antonio Ledezma -ambos presos- , Henrique Capriles, Jesús Torrealba, así como las familias de los jóvenes asesinados, entre tantos otros, pueblan las páginas de este libro que, en relatos que emocionan, hace decir a Leopoldo López, a modo de conclusión: "Nada ni nadie nos apartará de nuestras luchas por liberar al pueblo venezolano de la dictadura de Nicolás Maduro".
Ignacio F. Bracht
LA NACION