Los animalistas y la reforma del refrán
Once poemas dedicados a un olivo, a una planta de azahar, a un ciruelo rojo y al dulce perfume de la magnolia. También, al coqueto cedro plateado, a los colibríes que picotean las hojas de una salvia azul y a los tallos de una hiedra abrazados a un tronco que se deja abrazar.
Esos versos breves, que aparecen en cada página acompañados por escenas ilustradas, conforman el libro Soy un jardín, de Florencia Delboy, en colaboración con Luciana De Luca, que acaba de publicar el sello independiente Periplo Ediciones. La autora e ilustradora evoca los juegos de la infancia al aire libre, arriba de un árbol o bajo su sombra. Las palabras traen recuerdos, colores y sensaciones: el aroma del eucalipto, el dorado de las hojas caídas de un roble, una lluvia de pétalos rosas. Además de poemas, el libro ofrece en la segunda parte una minienciclopedia de jardín con datos básicos en lenguaje sencillo. Pero hay más: como bonus track, instrucciones para hacer dulce de membrillo con cuchara de madera, el secreto mejor guardado de las abuelas.