Luchar contra los delitos financieros, un objetivo común de la Argentina y EE.UU.
Este Noviembre se cumple el segundo aniversario del lanzamiento de una alianza importante entre Argentina y Estados Unidos: El Diálogo Bilateral Argentino-Americano sobre Ilícitos Financieros, o AUDIF (por sus siglas en inglés). En la reunión inaugural en Buenos Aires en 2016 acompañamos a otros funcionarios de alto nivel de nuestras respectivas carteras de Hacienda y Justicia, para identificar amenazas y vulnerabilidades comunes a nuestros sistemas financieros, implementar estrategias e iniciativas conjuntas para contrarrestarlas y proteger nuestra seguridad nacional.
Los ilícitos financieros y la corrupción pública que habilitan y promueven, socavan el orden económico financiero, destruyen la integridad de las instituciones públicas, y ponen a nuestros ciudadanos en mayor riesgo. El combate a esta amenaza requiere tanto de un compromiso político de alto nivel, como de una colaboración estrecha entre países con una misma mentalidad, comprometidos a trabajar de manera conjunta. En los dos años desde esa primera reunión, Argentina y Estados Unidos, las instituciones que representamos, y nosotros a nivel personal, hemos desarrollado una verdadera alianza en este frente, algo tal vez inimaginable apenas cinco años atrás.
Hemos concretado ya muchos avances. Colaboramos juntos en tareas de asistencia técnica para el Banco Central de la República Argentina y la Comisión Nacional de Valores. Desplegamos una misión de expertos técnicos para evaluar las amenazas de lavado de activos y financiación del terrorismo en la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, la cual sembró el terreno para futuros trabajos que permitan abordar y combatir el problema. Y concientizamos al sector privado y a nuestros legisladores en temas relevantes vinculados a los ilícitos financieros, instándolos a adoptar pasos firmes para minimizar estas amenazas.
Los ilícitos financieros y el lavado de activos, tienen como raíz delitos tan diversos como el terrorismo, la corrupción, el narcotráfico, la trata de personas, y muchos otros. Nuestro trabajo conjunto protege no solo la integridad de nuestras instituciones, y la estabilidad de nuestras economías, sino que garantiza también la seguridad de nuestros países y ciudadanos. La conciencia de que nuestros esfuerzos tengan tantas implicancias en la vida real, no se aleja nunca de nuestras mentes, manteniendo firme nuestro compromiso y sincero nuestro dialogo. Nuestro trabajo tiene efectos tangibles en la vida de la gente, incluso en la de los más vulnerables.
Más allá de la colaboración estrecha entre nuestros países, también nos encontramos unidos como líderes de la coalición global protegiendo al sistema financiero internacional a través del Grupo Egmont de Unidades de Inteligencia Financiera (UIFs), que sirve como brazo operativo del esfuerzo contra el lavado de activos y la financiación del terrorismo, y como miembros del Grupo de Acción Financiera (GAFI), el organismo que lidera el desarrollo de estándares en esta materia para la protección del sistema financiero. En efecto, Argentina viene de concluir exitosamente su presidencia del GAFI y ha traspasado la misma a Estados Unidos. Nuestro trabajo colaborativo en dichos foros nos ayuda a tejer una red de contención – no solo alrededor de nuestros sistemas financieros, sino también alrededor de nuestros países y ciudadanos.
Sin embargo, por más importantes que sean estas iniciativas políticas y redes globales, es en la colaboración de campo, trabajando codo a codo, y en las estrategias conjuntas, donde nuestro trabajo tiene impacto inmediato. Gran parte del valor viene simplemente del intercambio adecuado de información, y quienes trabajan para nuestras organizaciones hacen esto prácticamente a diario. Intercambiamos, por ejemplo, información sobre los que brindan respaldo financiero a Hezbollah, información que ayuda a nuestras autoridades competentes a investigar y sancionar a las redes peligrosas que alimentan el terrorismo, y nos permite proteger a gente inocente de esos actos despreciables y cobardes de violencia. Intercambiamos información sobre actividades de lavado de activos provenientes de la corrupción, el crimen organizado y el narcotráfico. Intercambiamos información sobre los activos robados por funcionarios corruptos y la riqueza generada o utilizada en el marco de esos actos criminales de corrupción, para que puedan ser congelados, incautados, decomisados y recuperados en favor de sus legítimos propietarios. Estamos trabajando juntos, y con otras UIFs, intercambiando información e ideas con respecto a la amenaza que presenta el régimen despótico de Venezuela, cuyo des-manejo épico de la economía, corrupción pública y violaciones a los derechos humanos, han creado una crisis para su gente y sus vecinos, de un horror extremo raramente visto en nuestro hemisferio.
Nuestra colaboración y futuro conjunto son muy prometedores: dos grandes naciones liderando y trabajando juntas, tanto a nivel regional como global, abordando temas de interés común en el sector financiero que impactan sobre nuestros países y su gente de manera profunda. Un futuro en el que nuestros dos grandes países ayudan a generar transparencia, donde en el pasado la oscuridad protegió a redes opacas de criminales, permitiéndoles evitar tener que afrontar su responsabilidad. Es importante que nuestros ciudadanos y el mundo sepan de esta colaboración estrecha y estratégica entre nuestros países en estos temas, de sus ramificaciones profundas, y de nuestro compromiso vinculante y la búsqueda incesante por alcanzar su éxito.
Mariano Federici es el Presidente de la Unidad de Información Financiera de la República Argentina.
Kenneth A. Blanco es el Director de la Financial Crimes Enforcement Network (FinCen) de los Estados Unidos de América.
Kenneth A. Blanco y Mariano Federici