El miércoles, en el medio de la conmoción por la muerte de Diego Maradona, nos anticipamos un poco, solo un poco, para advertir que no sería bueno que ni el Presidente en particular, ni el Gobierno y el peronismo en general, intentaran hacer uso político desmedido de su despedida final.
No lo hicimos porque somos prejuiciosos. Lo dijimos porque la necrofilia y el aprovechamiento que hacen unos cuántos vivos de la memoria de los muertos están en el ADN de una buena parte del peronismo.
Para quienes piensan que nuestra visión es un tanto sesgada, los invito a repasar, por ejemplo, los funerales de Néstor Kirchner y chequear, con un simple clic, la excesiva prolongación del luto de Cristina Fernández de Kirchner y las innumerables referencias a la figura de su marido, en cualquier contexto y en cualquier lugar.
Incluso, lo recuerdo a la perfección, en ocasión de la primera aparición pública de Cristina, después de la tragedia de Once. La ahora vicepresidenta cometió un sincericidio cuando, sin emitir sonido, pero muy claramente, expresó: "Vamos por todo".
Usó la memoria de Néstor para comparar su dolor con el de las víctimas del brutal choque que dejó a 52 muertos y a más de 300 heridos, bajo circunstancias completamente distintas al infarto que tuvo el expresidente en la cama matrimonial de su casa de El Calafate.
La discusión sobre el uso del dolor y la tragedia, y la costumbre de no hacerse cargo de su responsabilidad se juntaron cuando el ministro Eduardo Wado de Pedro escribió, en su cuenta de Twitter: "Le exigimos a Horacio Rodríguez Larreta y a Diego Santilli que frenen ya esta locura que lleva adelante la Policía de la Ciudad. Este homenaje popular no puede terminar en represión y corridas a quienes vienen a despedir a Maradona". Esto fue muy llamativo, porque antes de eso:
- El presidente Alberto Fernández le había ofrecido a Claudia Villafañe abrir las puertas de la Casa Rosada para que lo velaran allí.
- Desde muchos sectores se había advertido que se corría undoble riesgo. Uno: por los posibles contagios de Covid-19. Y dos: por los desmanes que pudieran acontecer, siendo que más de un millón de personas pugnarían por entrar a saludarlo.
- El Gobierno informó que toda la seguridad del operativo estaría a cargo del Poder Ejecutivo Nacional.
- Casi al mismo tiempo en que se producía la curiosa queja de De Pedro, Cristina terminaba de acercarse al féretro y de despedir por última vez a Maradona.
Hasta C5N, con Pablo Kaplan, dijo que todo el operativo -tanto el de afuera, como el que ocurrió dentro de la Rosada- estaba a cargo del Gobierno nacional.
A partir de ese momento, empezaron a llover los tuits de dirigentes de la oposición y de otras personas, que habían seguido casi minuto a minuto la secuencia.
Vamos a reproducir los que creemos más relevantes:
Patricia Bullrich escribió en Twitter: "¡Demagogia y barrabravas son dos caras de la misma moneda! La responsabilidad de lo que está sucediendo es del Presidente de la Nación por permitir el velatorio en Casa Rosada. Quisieron apropiarse de un símbolo y sólo generaron violencia y destrucción".
¡Demagogia y barrabravas son dos caras de la misma moneda! La responsabilidad de lo que está sucediendo es del Presidente de la Nación por permitir el velatorio en Casa Rosada. Quisieron apropiarse de un símbolo y sólo generaron violencia y destrucción.&— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) November 26, 2020
En tanto, Martín Lousteau reflexionó: "Al dolor por la partida de Diego se suma el lamentable espectáculo de hoy. Da vergüenza que en medio de esta tristeza colectiva, estén intentando sacar rédito político de TODO, sin hacerse cargo de NADA. Pobre familia que aún no lo puede despedir con la paz necesaria".
Al dolor por la partida de Diego se suma el lamentable espectáculo de hoy. Da vergüenza que en medio de esta tristeza colectiva, estén intentando sacar rédito político de TODO, sin hacerse cargo de NADA. Pobre familia que aún no lo puede despedir con la paz necesaria. pic.twitter.com/didQiZRlhL&— Martín Lousteau (@GugaLusto) November 26, 2020
En una serie de tuits, Florencia Arietto apuntó contra Rafael Di Zeo, a quien tildó de "delincuente". "Es quien organiza y tiene el control del velorio de Maradona en la Casa Rosada. Todo rompen los kirchneristas, hasta a nuestros ídolos populares. Le franqueas el ingreso a la Casa Rosada al delincuente de Di Zeo y la 12 para que te contenga a la monada y ¿creés que va a salir bien? Que desastre el operativo de seguridad".
Y siguió: "Tuviste que llenar la Casa Rosada con la policía que despreciás porque delegaste la seguridad en la barra de Boca. Más impresentable, improvisado, demagogo y negligente no se consigue. Kirchnerismo. Te tomaron la Casa Rosada irresponsable. Metieron a la barra de Boca dentro de la Casa de todos los Argentinos".
Por su parte, el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, criticó que "el gobierno de Fernández quiso hacer suyo el velorio de Maradona". "Lo hizo en un lugar cerrado y en plena pandemia. Podía terminar mal y terminó mal. ¿La respuesta del Gobierno? Echarle la culpa a otro. Que se hagan cargo de sus decisiones", completó.
El gobierno de @alferdez quiso hacer suyo el velorio de Maradona. Lo hizo en un lugar cerrado y en plena pandemia. Podía terminar mal y terminó mal. ¿La respuesta del gobierno? Echarle la culpa a otro.Que se hagan cargo de sus decisiones.&— Alfredo Cornejo (@alfredocornejo) November 26, 2020
El diputado Waldo Wolf, por su parte, lanzó: "El Gobierno organiza un funeral con más de un millón de personas mientras la vicepresidenta extiende las sesiones virtuales durante tres meses. Deberemos judicializar las sesiones en Diputados si no son totalmente presenciales. No se pueden seguir riendo de la gente".
Hicieron todo mal.
Y ahora, más allá de la conmoción y el dolor que todos seguimos teniendo, advertimos sobre un posible intento de desplegar una cortina de humo detrás de la otra.
Las vacunas para los argentinos llegando a mediados de enero, lo cual puede ser tomado como una linda expresión de deseo. El problema es que se transformó en casi un anuncio. Y algunos especulan con que el Gobierno lo hizo para detener la caída de la imagen negativa, que venían sufriendo el Presidente y su gestión.
Sería muy bueno que ahora que Javier Grossman parece estar metido en este mega- homenaje, no intenten repetir lo de la muerte de Néstor Kirchner o lo de los festejos del bicentenario.
Los fracasos de los últimos años y la pandemia nos enseñaron que el humo sin acciones concretas cada vez se disipa más rápido, porque una buena parte de los argentinos ya no se engaña más.