Macri y Macron, desafíos paralelos
En sintonía con los elementos comunes que poseen sus apellidos, existen varias coincidencias entre las situaciones que enfrentan los presidentes Mauricio Macri y Emmanuel Macron, que afectarán la implementación de sus políticas exteriores.
Pero de la misma manera en que sus apellidos no son idénticos, tampoco son idénticas sus circunstancias. En lo doméstico, los dos presidentes son fundadores de partidos nuevos, que han sorprendido y desafiado con éxito a figuras y estructuras partidarias tradicionales. Debido a esto, ambos deben o deberán gobernar en minoría en sus respectivas asambleas legislativas. A su vez, estas asambleas legislativas se muestran divididas, con la existencia de por lo menos cuatro facciones diferenciadas.
Para ambos jefes de Estado es vital esforzarse para gobernar con el sostén de los elementos de derecha e izquierda moderadas en sus respectivas naciones. En este contexto, los dos mandatarios pueden optar por posicionarse como rivales de las fracciones más extremistas para lograr el apoyo de estas fuerzas más moderadas. Así, Macron en Francia puede mostrarse como el rival natural del Frente Nacional de Marine Le Pen y como un oponente de Jean-Luc Mélenchon y el extremismo de izquierda. De esta manera, podría encontrar apoyos en los republicanos de François Fillon y hasta en sectores del Partido Socialista. En el caso de Macri, puede optar por mostrarse como el rival del kirchnerismo, procurando encontrar apoyos en el Frente Renovador y en algunos sectores del peronismo clásico.
En el campo internacional, una consecuencia directa de actuar en minoría a nivel legislativo será el conceptualizar una política exterior que tenga los suficientes elementos de consenso como para lograr el apoyo de las fuerzas moderadas. Esto puede ser dificultoso, pero de ser logrado, surge la posibilidad de que esta política exterior se mantenga en el tiempo, por lo menos bajo gobiernos moderados. En este campo, ambos presidentes parecen ver, en el proceso de globalización, más oportunidades que peligros. Por otro lado, ambos mandatarios tienen o tendrán un rol crítico en la ejecución de la política exterior, dado que ambos son los fundadores, jefes y símbolos máximos de sus partidos. Esto les da la oportunidad de jugar un rol de liderazgo en sus respectivas políticas exteriores, a través de una efectiva diplomacia presidencial.
A su vez, ambos líderes han conformado un tándem presidente-canciller con una personalidad que no era de su partido. Así, Macri eligió en primera instancia para la Cancillería, aunque más en lo formal que en lo estratégico, a miembros del radicalismo. Como canciller fue seleccionada Susana Malcorra, afín a ese partido, pero cuya experiencia internacional justificaba por sí sola esta nominación. En el caso de Macron, ha escogido al socialista Jean-Yves Le Drian, experimentado ministro de Defensa del presidente Hollande. Afortunadamente, Macron puede aprender del cercano ejemplo de Alemania, donde Angela Merkel, del Partido Demócrata Cristiano, ha trabajado la política exterior en forma sucesiva junto a dos cancilleres miembros del partido socialista, Frank Walter Steinmeier y Sigmar Gabriel.
Tanto Macron como Macri manifiestan interés en trabajar con sus socios para fortalecer y hacer más efectivos los bloques regionales a los que pertenecen, la Unión Europea y el Mercosur. Para Macron, esto ha sido un tema muy relevante en su campaña electoral. Para Macri, el Mercosur debe ser un motor del desarrollo productivo conjunto y una plataforma para las negociaciones comerciales con otros países, con el objetivo de lograr una mayor integración internacional. Pero si Macron puede contar hoy con un socio fuerte en Alemania, el socio por excelencia de la Argentina, el Brasil, se encuentra debilitado.
Un área que tendrá impacto sobre las respectivas relaciones económicas internacionales, y donde los enfoques probablemente no serán idénticos, será la manera de concebir e implementar sus respectivos planes económicos. En el caso de Macron, ex ministro de economía de Francia, es probable que juegue un rol central y dé coherencia a la ejecución de sus ideas y planes. En el caso de Macri, es probable que mantenga un enfoque más descentralizado, con ciertos riesgos para la aplicación exitosa de una política económica integral. En particular para la implementación de una estrategia exportadora efectiva que potencie un modelo de desarrollo equilibrado.
Ingeniero industrial, miembro consultor del CARI y del Cippec