Quizá todavía no te diste cuenta, pero la campaña ya empezó. Empezó con la foto de la unidad mentirosa, hace dos días, en Ensenada.
Empezó aún en el medio de los contagios y los muertos de pandemia. Por cierto, hoy a llegamos a 22.552 contagios y 611 fallecidos. Con un índice de positividad de más del 30 por ciento. Con un porcentaje de ocupación de camas de Unidad de Terapia Intensiva y un panorama general que indicaría un presunto amesetamiento de la segunda ola.
Y sin las vacunas suficientes. Repito: sin las vacunas suficientes.
Pero la campaña ya se inició.
Y arrancó antes el Gobierno. El oficialismo. El Frente para la Victoria. Porque mientras nosotros seguimos fantaseando con una interna feroz, Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Sergio Massa y los demás se paran en el lugar indicado para ganar las elecciones.
Echándole la culpa, a Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, el periodismo o el enemigo a convenir de todo lo malo.
Sin hacerse cargo del desastre que es el Gobierno desde el mismo día en que asumió.
Es decir: una campaña parecida a la que les permitió ganar en agosto de 2019.
Eso fue lo que hizo (ponerse en modo campaña) hoy Oscar Parrilli al repetir que la Corte Suprema eligió su candidato y es Horacio Rodríguez Larreta.
Eso fue lo que hizo el Presidente al atacar al empresariado en general, a la Corte una vez más y a los medios, como los vas a ver enseguida.
Esto fue lo que hizo Axel Kicillof al echarle la culpa a Rodríguez Larreta de hacer una oposición destructiva y a la Ciudad de Buenos Aires de generar incertidumbre, y de hacer política con la pandemia.
Y está haciendo campaña, también, Alberto Fernández, al anunciar, con bombos y platillos la ampliación de la tarjeta alimentar, cuando vos y yo sabemos que es casi una limosna, en el medio de la caída de la economía, como te lo va a contar enseguida Martín Tetaz.
Y empezó la campaña la ministra María Teresa García al anunciar que mañana van a seguir los operativos para que quienes van desde la ciudad a la provincia puedan ser retenidos, alimentando el odio entre provincianos y porteños.
Y tenemos que decirlo de una vez: otra vez el peronismo arranca con ventaja. Porque en Juntos por el Cambio no se terminan de poner de acuerdo.
Te lo explico sencillo: Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Axel Kicillof, saben dónde pararse. Desde dónde hablar.
En Juntos por el Cambio todavía esa decisión estratégica no se terminó de dirimir.
¿Querés que sea más directo todavía? No voy a hablar de halcones y palomas. Voy a hablar entre quienes creen que lo correcto es fidelizar y mantener ese 40.68 que se consiguió en la segunda vuelta y quienes plantean el proyecto al que se podría denominar 40 + 10. Es decir. No solo ir por lo que se logró, sino sumar a los desencantados de Alberto.
No es una tontería.
Los socios del club de defendamos lo que tenemos son Macri, Patricia Bulrich, entre otros.
Los del 40 + 10 son Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y, también, en esta instancia, Elisa Carrió.
Mientras la oposición siga perdiendo tiempo y apostando solo al deterioro inevitable y al desgaste del Gobierno, más va a tardar en empatar o ganar.
Mientras tanto, el oficialismo no tiene pruritos. Te tira con la chequera, el látigo y, si tiene que usar a un pibito fuera del sistema para correr a los padres organizados que defienden la presencialidad, lo usan. Después andá a buscarlos en Facebook en un local de La Cámpora o donde quiera que se encuentre.