Más nombres que votos
"No sé si el gobierno de Macri es peor que el de Cristina"
(De Sergio Massa)
Faltan 10 meses para las PASO, 11 para las presidenciales y en el campo no amanece. En el campo nacional y popular, donde las pasturas electorales están tardando en crecer.
"Las pasturas necesitan ser tratadas con la misma dedicación que un cultivo de cosecha porque, de esta manera, van a producir un forraje de calidad que ayudará a amortizar la inversión de la siembra", dice el INTA. Gran recomendación para traspolar a los peronistas que hoy se debaten entre seguir jugando con Macri para que no se les corte el riego monetario, al menos hasta la inscripción de listas; volver a sembrar en tierras kirchneristas –donde el piso electoral mantiene una fertilidad interesante–, o desparramar semillas al viento y ver qué sale.
Sea como fuere, es seguro que habrá varios peronismos anotados para los próximos comicios y producir así un forraje de calidad, siguiendo el consejo del INTA. Como los hubo en las cuatro últimas contiendas para presidente, en las que se presentaron tres candidaturas diferentes para cada ocasión. En 2003, resume el analista Rosendo Fraga, compitieron Menem, Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá. En 2007, Cristina, Lavagna y Alberto Rodríguez Saá; en 2011, nuevamente Cristina, el Alberto y Duhalde. Y, en 2015, el Alberto, Massa y Daniel Scioli.
Quiénes liderarán el sector en 2019 es, por el momento, un misterio. A Cristina dicen que no la quieren, pero van a verla cada vez más sus ¿ex? compañeros al Instituto Patria. Y nadie cree que sea para reservar vacaciones en sus hoteles.
Por fuera del Patria, pero no tan lejos como para quedarse sin pan y sin torta, pululan los peronistas federales, los renovadores, los anti-K, los racionales, los clásicos peronistas, y los "deslizantes y los unionistas", como ingeniosamente ha caracterizado el colega Jorge Liotti, respectivamente, a Massa, y a Felipe Solá y Agustín Rossi. Hay algo que unifica claramente a este sector: por separado, tiene más nombres que votos.
Con menos visibilidad pero el mismo sentido de ubicuidad y pertenencia vagan los viejos peronistas de Perón, los peronistas clásicos, los sentimentales, los asustados y los "yo nunca fui kirchnerista".
Como decía el General en las Veinte Verdades Peronistas: "Ningún peronista debe sentirse más de lo que es ni menos de lo que debe ser. Cuando un peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a sentirse un oligarca".
¡Dios no lo permita!