La entrevista. Mauricio Macri: "No estoy en una etapa de acuerdos"
El líder de centro desestima la posibilidad de una alianza inmediata con López Murphy y coquetea, en cambio, con sectores del peronismo. Asegura que aún no decidió si será candidato el año próximo, pero ya piensa en 2007, cuando intente sacar del poder a un gobierno que --afirma-- no gestiona los problemas reales
De traje gris oscuro y buen semblante, en la espaciosa oficina que ocupa en la calle Chacabuco, Mauricio Macri parece sumido en la rutina de la gestión política.
En la antesala lo aguardan otros dirigentes, también trajeados. No hay en el ambiente ninguna señal de inquietud ni nerviosismo. Nadie diría que Macri está culminando la semana en la que se acentuó la división de su fuerza legislativa, incluso con la deserción de un diputado, tema que abordará luego sin dramatismo alguno. Como a millones de argentinos lo impactó, y es comentario obligado, la silueta de Diego Maradona en la televisión, a propósito de la entrevista del astro con el presidente Kirchner.
Distendido, Macri dialogó con LA NACION sobre su futuro político y su visión del país.
-¿A qué atribuye la dificultad que tienen las fuerzas de centro para unirse? Es notorio que usted no ha conseguido una unidad con López Murphy y con Sobisch.
-Yo no lo veo así. Para mí es un tema más amplio: por qué no se puede trabajar con todos aquellos que en vez de hacer crisis quieren hacer país. Va mucho más allá de los que usted nombró. Hay mucho gobernador al que en vez de hablar le gusta hacer. Mucho intendente -yo viajo, conozco- que me habla de los problemas de la gente y me dice: "Yo no entiendo de estos temas de las transversalidades, esto de andar persiguiendo el pasado, lo que yo sé es que el mes que viene debo tener a los maestros en la escuela, tengo que tener la escuela en condiciones, el desagüe tiene que funcionar para la próxima lluvia, necesito algún tipo de ayuda social para los excluidos, necesito asfaltar un par de calles, que la avenida funcione para que la fábrica pueda sacar sus productos a la ruta". La vida real. Hay un montón de gente que tiene claro cuál es el camino para salir de la pobreza, de la exclusión y la violencia. Tenemos que hacer un esfuerzo para juntarnos en una mesa y hacer una propuesta conjunta. Va mucho más allá de tres personas.
-Claro, pero se nota que existen enormes dificultades para un camino de unidad.
-Sí, porque hay historias, hay militancias, muchos creen que se deben a ellas, o que pierden algo si las abandonan? por ejemplo, los peronistas. Los radicales han sido más rupturistas: López Murphy y Carrió son desprendimientos del radicalismo.
-¿Cómo es su relación con López Murphy?
Buena. Ricardo es una persona que intenta aportar una solución a esta Argentina que no encuentra el rumbo.
-Pero no van a aliarse.
-Es que este es un año de trabajo. Hay que caminar, conocer, dialogar, generar consensos -lo opuesto de la confrontación permanente- y sólo después, con miras a 2007, ampliar la base en términos de alianzas y lograr que la propuesta esté encarnada por muchos representantes legítimos de la sociedad. Yo estoy trabajando en un proyecto de país diferente.
-¿No puede ocurrir, también, que su relación con Duhalde lo aleje de López Murphy?
-Le repito que no estoy en una etapa de acuerdos. Estoy construyendo relaciones que apunten a tener gobernabilidad el día de mañana. El Duhalde que conocí, que es el presidente Duhalde -ahí arranca mi relación- merece mi respeto. Condujo un momento crítico de la Argentina, se fue del poder habiendo podido quedarse. Pudo haber dicho "yo soy el candidato", pero cumplió su palabra. Actualmente lo veo con vocación de ayudar a que este gobierno haga las cosas lo mejor posible. Intento sentarme y dialogar con toda persona que tiene una actitud positiva acerca de la Argentina y que quiere trabajar en forma abierta, sin prejuicios, sin descalificaciones. Es obvio que con todos no se van a poder encarar los procesos electorales. Pero lo electoral es una parte, es el medio para cambiar la Argentina.
-¿Usted dónde está parado frente a este gobierno?
-Soy opositor desde el primer día, porque me pusieron en ese lugar en la campaña de la ciudad de Buenos Aires. Mis votantes también esperan que yo sea opositor.
-La cuestión se complica porque usted es socio de Duhalde y, a su vez, Duhalde sostiene al Gobierno.
-Socio es una palabra demasiado absoluta. Yo no soy socio de Duhalde. En todo caso soy socio del Club Atlético Boca Juniors.
-¿Aliado?
-Tampoco.
-¿Pero en la Capital no tuvo una alianza de hecho?
-No, recibí el apoyo del PJ Capital. Duhalde es el responsable del PJ bonaerense. Y seguramente, también, el deseo de que gane por parte de muchos dirigentes del peronismo, con los cuales tengo muy buena relación. Eso no limita en nada mi futuro político.
-Claro, pero hubo diputados que entraron al Congreso con usted y una vez adentro se integraron al bloque del PJ controlado por Duhalde, sostén parlamentario del gobierno nacional.
-El bloque peronista no está controlado por Duhalde. Yo tenía una alianza en Capital con el peronismo. Hay dos (diputados) que están en el bloque peronista global y hay uno que está en bloque kirchnerista, Jorge Argüello. Con ellos fuimos en la búsqueda de hacer una oferta plural que abarcase toda la realidad de la sociedad argentina. Incluí peronistas como incluí radicales en la Legislatura, fuerzas de centro. Muchos independientes que han entrado por primera vez a la política a través de Compromiso para el Cambio.
-¿No intenta estar en todos lados, un poco con López Murphy, otro poco con Duhalde, un poco en la Capital, otro poco en provincia?
-No, yo estoy en la Capital, es mi distrito, pero eso no significa que yo no pueda aspirar a trabajar y llevar una propuesta de renovación también en la provincia de Buenos Aires, que es lo que vamos a iniciar el mes que viene.
-En lo personal, ¿cuán peronista se siente?
-Tengo simpatía y tengo muchos amigos en el peronismo. Me identifico con muchas consignas: la producción, creación de empleo, la justicia social. Son postulados en los cuales creo, sobre todo de la mano de la producción y el trabajo. El principio de la solución de todos nuestros problemas arranca con volver a poner a la Argentina en movimiento, conectada con el mundo, produciendo cada vez más y mejor.
-En definitiva, ¿sus ideas están más cerca de las de López Murphy o de las de Duhalde?
-(Ríe) Me siento más cerca de las ideas de Frondizi. Siempre Frondizi sirvió como inspiración: la búsqueda de un espacio en el mundo y de lo que la Argentina debería emprender, entendiendo que hay que recrear una burguesía nacional y que hay que recrear un perfil productivo propio.
-Al menos advierto que el verbo recrear le gusta.
-(Ríe) Ha sido una buena elección de nombre por parte de ellos.
-¿Por qué se muda a la provincia?
-No me estoy mudando. Estoy ampliando. Hay mucha receptividad, mucha gente que se suma. Lo hacemos en la provincia de Buenos Aires, como podemos llegar a hacerlo en otras ciudades y provincias, con mucha prudencia.
-Si el año próximo fuera candidato por la provincia, sería una mudanza.
-Por eso le digo, estamos lejos de eso.
-¿No será candidato en la provincia?
-Tampoco dije que lo fuera en Capital, no he decidido ningún tipo de candidatura. Las definiremos de común acuerdo en el seno del partido cuando llegue el momento.
-Una sensación que dan hoy los preparativos para las elecciones de 2005 es que todos los posibles grandes candidatos están esperando ver qué hace el otro, incluso para elegir el distrito en el cual competirán. ¿Usted también quiere ver qué hacen los otros antes de definirse?
-No, para nada. No estoy preocupado por la candidatura. Cuando viajo por el interior y escucho los problemas, me angustio. Cuando veo las potencialidades, me entusiasmo. Mucha gente empieza a darse cuenta de que si no participamos en política esto no va a cambiar.
-A propósito de participar en política, ¿coincide con la cruzada de Juan Carlos Blumberg en contra del nombramiento de María del Carmen Falbo en la procuración bonaerense?
-Tiene razón Blumberg en que el sistema de elección debería contemplar un concurso público de antecedentes. No sé si estoy de acuerdo en atacar tanto a una persona.
-Su opinión actual sobre el gobierno de Kirchner, ¿cuál es?
-Alta preocupación. La primera parte fue muy exitosa, al volver a colocar el rol presidencial en un lugar de liderazgo. Pero por los tiempos que vive la Argentina, él debe hacer eso simultáneamente con el lanzamiento de políticas de gestión para resolver los problemas. Ha pasado casi un año y medio y seguimos en foja cero en resolver los problemas de seguridad. Sigue fracasando en la búsqueda de que la asistencia social llegue a la gente en forma transparente. No ha habido ninguna reforma central en educación.
-De modo que la gestión de Filmus no le parece buena.
-Para nada. Técnicamente sabe muchísimo, pero nunca tuvo vocación de emprender ningún cambio.
-Y en cuanto al déficit en seguridad, ¿usted se lo atribuye a Beliz o al Gobierno?
-Hay una deformación general del Gobierno, que cree que la seguridad se va a arreglar sin la policía o contra la policía. Habría que hacer un esfuerzo por no generalizar ni demonizar a las instituciones. No todos los policías son corruptos. Lo digo con la autoridad de haber sido secuestrado por tres comisarios.
-¿Por qué piensa que la ciudad de Buenos Aires sigue sin tener su propia policía?
-A Ibarra nunca le interesó hacerse cargo de la policía. En su línea del menor esfuerzo, es mejor no tener policía para no hacerse cargo de nada.
-Hablemos de la Legislatura. Ahora resulta que su fuerza política, que es muy importante, está dividida.
-Importante? Habría que verlo.
-¿Cómo habría que verlo? ¿No es la primera minoría?
-Sí, pero en el juego de la democracia es importante ser primera minoría si del otro lado uno tiene la vocación de gobernar, de hacer cosas. Entonces uno dice "yo quiero hacer estas reformas, necesito esta ley" y del otro lado alguien dice "yo quiero estas". Uno negocia y saca un paquete de siete u ocho leyes que representan el espectro de casi toda la sociedad. Pero cuando del otro lado usted tiene un jefe de gobierno al que no le interesa hacer nada, al que le quedan tres legisladores sobre 21 y que no plantea ningún tipo de agenda, los 22 (diputados) no alcanzan para nada.
-Veo que es un hábil político. Yo le pregunté por la división del macrismo y usted me contestó hablando de Ibarra.
-Le contesto la segunda parte. Hemos hecho un frente muy plural. Convocamos independientes, fuerzas de centro, radicales, peronistas, en el esfuerzo por gobernar. No ganamos y quedamos en la oposición. Ese pluralismo en la oposición es aún más difícil. A pesar de eso seguimos trabajando juntos, con diferencias. No las ocultamos.
-Cuando en la última sesión se frustra el Código de Convivencia por diferencias en el macrismo?
-No, no se frustra por eso. Se frustra primero por falta de quórum, porque un legislador nuestro se había enfermado. Teníamos treinta. Ibarra no logró que ninguno bajara a debatir el código a pesar de que después se diga que insta a reformarlo. Después, teníamos alguna diferencia con alguno de nuestros aliados porque no querían no modificar la imputabilidad de 18 a 16 años y nosotros sí. Sobre cómo resolverla había diferencias internas que van a estar subsanadas para la próxima sesión. Lamentablemente, como no tenemos los votos, será una transición de 18 hasta que el Código Penal baje a 16 y se haga un régimen especial de contravenciones para menores.
-¿Cuáles son las diferencias ideológicas entre los dos primeros grupos en que se dividió el macrismo, el grupo "Nogaró" y el grupo "Festilindo"?
-No reconozco esos nombres. Para mí es el bloque macrista, que trabaja junto. Hay mucho pluralismo. Las diferencias existen entre los mismos partidos.
-¿Cuál es el modelo de país con el que usted sueña para dentro de diez años?
-El futuro es hoy.
-Eso es un eslogan.
-No. En un mundo tan competitivo, que va a tanta velocidad, el futuro es tiempo real. En una sociedad con el nivel de exclusión que hay en la nuestra, el tiempo es muy costoso. Son vidas que se pierden por la inseguridad, vidas que se pierden por problemas de desnutrición?
-Entonces, ¿no participa de ese reproche que a veces se le hace a Kirchner de ser cortoplacista? Yo quería saber cómo ve usted el mediano y largo plazo.
-Yo creo que para tener largo plazo no se puede perder un solo día. Cuando leemos las estadísticas de que hay un millón de analfabetos y que tres millones y medio no terminaron el primario, ¡son generaciones perdidas! Aunque uno les demande trabajo, pueden hacer un trabajo muy básico, su ingreso está siempre por debajo de la línea de pobreza. En nuestro país hay que hacer todo simultáneamente. Hay que reconstruir el Estado, reconstruir el crecimiento y las posibilidades de empleo, pero uno no puede concentrarse sólo en eso mientras la gente se muere de hambre.
-¿Está de acuerdo con el manejo de la deuda?
-La deuda se tendría que haber resuelto en el primer año de crisis. Por un sentido de oportunidad, sin demostrar la capacidad de recuperación que tenemos los argentinos los acreedores hubiesen sido más generosos a la hora de acordar. Hoy hubiésemos recibido incalculable cantidad de inversiones. Ahora debemos cerrar el tema de la deuda cuanto antes.