Messi versus Musa
El ruego escuchado el viernes al mediodía en un restaurante de Recoleta, cuando ya Nigeria había anotado dos tantos a Islandia -"Si pueden hacer un gol más, mejor"-, hoy no debe ser atendido. Por suerte, los carteles electrónicos de la Ciudad tampoco ya dicen: "#Hoy vamos Nigeria".
Los argentinos preferimos que el trabajo más difícil, en lo posible, siempre lo haga otro. Es más, si los conatos de rebelión y autogestión del seleccionado argentino hubiesen avanzado al punto de no solo querer desbancar a Jorge Sampaoli como director técnico, sino hasta el imaginario punto de lograr el pase a nuestras huestes de alguna luminaria de otro equipo mundialista, hoy Ahmed Musa, además de hacer juego con el apellido de Lionel Messi, también lo acompañaría como delantero de nuestro equipo. Pero volvamos a la realidad: Musa no nos dará felicidad alguna. Antes bien será como esos nubarrones que preanuncian una tormenta inminente.
Ya en el anterior Mundial nos hizo probar dos de sus goles, aunque la Argentina entonces se impuso a Nigeria 3 a 2. Pero, guarda, en 2011, caímos 4 a 1 frente a ellos y el último noviembre perdimos 4 a 2. Merecen respeto.
Para ser un gran día, como diría Serrat, la única musa posible de nuestro lado hoy debe ser la inspiradora.