Mickey y Baby Yoda desafían a los gigantes digitales
Cuando este martes los usuarios argentinos -y de América latina- puedan asomarse al abono pago por el acceso a los contenidos de Disney+, entrarán a participar de uno de los frentes de negocios más dinámicos y competitivos: la guerra global del streaming.
El pasado jueves, la empresa creada por Walt Disney en 1923 alrededor del ratón Mickey, anunció sus resultados anuales atravesados por los rentables parques recreativos y los cines cerrados por la pandemia: en su primer año de vida, el nuevo servicio digital cosechó 73 millones de suscriptores (a los que suma 50 millones más por sus marcas Hulu y ESPN) contra los casi 200 millones que acumula Netflix. Muy por encima de las proyecciones. The Economist develó datos extra: las inversiones de contenidos son dispares entre 1.000 y 16.000 millones de dólares para Disney y Netflix, respectivamente, en un mercado del que participan también Apple y Amazon, entre otros. Guerra de precios, derechos de autor y franquicias marcan el agitado ritmo cardíaco del entreteniniento.
Si bien muchos responsabilizan al efecto encierro por Covid-19, otros señalan el poderoso factor "Baby Yoda": la criatura creada por Dave Filoni y estrenada en The Mandalorian, la serie de la saga Star Wars a la que los fanáticos solo pueden acceder convirtiéndose en abonados.