La izquierda mira a Cristina y ve a Pinochet
Pocas veces el peronismo ha representado tan bien el papel que espera de él la izquierda. Axel Kicillof adornó su ajuste con una visita al FMI y una reunión secreta con ejecutivos de grandes multinacionales, en Washington. Al mismo tiempo, Carlos Kunkel busca penalizar las protestas "ilegítimas", en un tardío descubrimiento del derecho al libre tránsito.
El trotskismo, de fiesta, corrobora sus eternas presunciones. El dirigente del PTS Fernando Rosso, por ejemplo, denunció en su blog que el proyecto de Kunkel es casi un calco del Decreto Supremo 1086/83, con el que Pinochet limitó las manifestaciones en Chile, y que aun está vigente ( www.leychile.cl/Navegar?idNorma=16783 ). Los organismos de derechos humanos chilenos se oponen a estas restricciones. Los argentinos, también. Incluido el CELS, que es oficialista.
La norma chilena, a diferencia del proyecto oficial, no obliga a pedir permiso a la policía sino a las autoridades civiles. Además, el decreto de Pinochet era el indicio de una apertura. La ley del kirchnerismo, en cambio, es una señal de endurecimiento.