Medallas
Alfred Nobel, el químico, ingeniero, escritor e inventor cuya creatividad lo llevó a desarrollos de los que más tarde se arrepentiría, fue también un visionario: creó los célebres premios que, como todos los años, empiezan a entregarse hoy y se dan a conocer ¡hasta con cuenta regresiva incluida! Los Nobel se confieren desde 1901, pero, tal como cuenta Beth Daley en el sitio The Conversation, ya desde el siglo XVII los impulsores de la ciencia experimental consideraron que un sistema de prestigio y recompensas sería un incentivo para enriquecer el conocimiento que da lugar a los grandes avances. Antes de eso, se estilaban los "regalos". Filósofos, astrónomos e ingenieros ofrecían hallazgos a los patrones para obtener a cambio sostén para sus investigaciones. Galileo les presentó las recién descubiertas lunas de Júpiter a los Medici, y fue recompensado con el título de filósofo y matemático de la corte. El gran astrónomo danés Tycho Brahe recibió por sus observaciones desde animales exóticos hasta islas. Los poderosos con frecuencia ofrecían medallas de oro con su propia imagen. Tal como las que hoy se entregan para celebrar las cumbres de la ciencia. Como para no olvidar que las historias de los Nobel combinan todos los ingredientes del alma humana.