Cansancio
Una cuarentena muy larga y muy estricta, y con el famoso pico que nunca termina de llegar, es una combinación letal. La gente se cansa. Se cansan hasta los llamados a dar el ejemplo. El Presidente estuvo varias semanas recluido en Olivos y un buen día empezó a tener reuniones en la Casa Rosada y a viajar por las provincias. A Villa La Angostura fue a inaugurar una obra: nada que no pudiera dejar de hacer. También se cansan los que deberían hacer cumplir el confinamiento: las fuerzas de seguridad. Muchos puestos fueron levantados o tienen una presencia solo testimonial. Su severidad tampoco es la misma. En una ruta cerca de Luján, un conductor que iba con su mujer y sus tres hijos le explicó al policía que los detuvo: "La verdad, ya no nos bancábamos a los chicos. Estaban insoportables". ¿La respuesta? "Lo entiendo. Sigan". Conseguir la autorización para circular es el trámite más sencillo. Un auténtico revoleo. Ahora, cuando la curva de infectados sube, en el AMBA solo pueden usar el transporte público los trabajadores "esenciales". A la nacion llegó esta queja: "Trabajo en un depósito textil y si no voy, no cobro. ¿No es esencial que yo pueda alimentar a mi familia?".
Así, hoy conviven relajamiento y rigor. Otra combinación letal.