Denuncia
Debe haber pocas cosas que fastidien más que el robo de la billetera. El valor más importante que se llevan no es el dinero, sino los documentos, las tarjetas de crédito, de la obra social... Sobre todo si ocurre la última noche de un fin de semana de minivacaciones en Córdoba y al otro día, a primera hora, se debe tomar el avión de regreso. Por acto reflejo, lo primero que se hace es bloquear las tarjetas de crédito y débito. Luego de la rabia y el sofocón, lo que sigue es resolver el otro problema: denunciar el robo del DNI, necesario para abordar el vuelo del otro día. Un trámite que debería ser sencillo se convierte en tedioso: llegar a la medianoche y encontrarse con una demora de cinco a seis horas para ser atendido por un representante del Ministerio Público Fiscal. Lo mejor, sugiere un policía, es completar la denuncia en un formulario digital en una computadora y esperar a que lo firmen. Un trámite rápido, dice. Pero la funcionara que debe sellar la copia lo contradice y señala que solo lo hará cuando llegue el turno. Después de dos horas, la víctima del robo desiste y se va sin la denuncia. Al otro día, se juega a subir sin DNI al avión. Imposible. El control le sugiere denunciar el robo en el destacamento de la PSA, en el aeropuerto. En cinco minutos, el trámite queda resuelto. Y se puede abordar, dejando atrás la mala experiencia.