Fantasmas
COLONIA, ALEMANIA.- La devastación del planeta se agita delante de nuestros ojos como un fantasma. ¿Qué es lo que fascina al mundo entero en Chernobyl, la serie inspirada en textos de Svetlana Alexiévich que reavivó el temor a una tragedia nuclear? Esa rara fascinación -ese horror- perturba el alma de los hombres desde los días de Hiroshima y Nagasaki. El hongo nuclear que ensombreció la experiencia humana en aquel tiempo funesto sigue expandiéndose sobre nosotros. Chernobyl pone en acto esa inconcebible capacidad de la especie para destruirse a sí misma, aunque en medio de esas devastaciones alumbren manifestaciones de bondad y de belleza. La contaminación ambiental es otra forma de esa degradación. Como ocurre frente a esta central térmica que funciona a carbón en Colonia, Alemania. El espantapájaros es acaso metáfora: busca ahuyentar el desastre con su aire espectral e inquietante.